Cuestión de tiempo. El Almería no transmite seguridad en sus partidos y volvió a quedar demostrado en La Romareda. Tenía sed de venganza el Zaragoza después del 3-0 de la primera vuelta y lejos de ponerse nerviosos, maduraron un duelo en el que sabía que el error rojiblanco iba a llegar. Solo se había cumplido el minuto 2 cuando Borja Iglesias marcó de cabeza, pero la acción quedó invalidada por claro fuera de juego de Papunashvili, que hizo intención de buscar el balón y despistó a René.
El Almería, con Tino Costa como principal novedad, no se acercó por las inmediaciones del área de Cristian. Defender el resultado y poco más en ataque. Murmullos en la grada al descanso, porque no podrían abrir la meta rival. Y una vez más, el famoso error. No es capaz de hacer un partido completo el equipo rojiblanco, que permitió al Zaragoza abrir pasillo hasta el área con una facilidad impropia de la categoría. A cámara lenta se cocinaba el gol de Papunashvili, que solo con fusilar a René tuvo suficiente. Ahí se rompía la estrategia. De perdidos al río. Tocaba cambiar el plan inicial.
Inferior
El Zaragoza metió una marcha más y siempre se sintió superior al Almería. Después del 1-0, algún acercamiento por banda derecha con Javi Álamo centrando e Hicham rematando a las manos del meta Cristian. Parecía que el empuje podía tener sus frutos, y es que el citado Hicham cuajó una correcta actuación, de lo poco rescatable junto al espíritu y empuje de Tino Costa. Pero este Almería de cristal volvió a ceder. Joaquín pierde la disputa con Borja dentro del área y el delantero local solo tiene que colocar la pelota lejos del alcance de René para finiquitar el encuentro y llevar la fiesta a las gradas de La Romareda.
Punto y final a una historia que ya con el 0-0 se podía intuir. El rendimiento individual y colectivo estuvo muy lejos del esperado en una cita trascendental, no solo por el contrario, sino por lo que había en juego. Pablo Caballero aprovechó el agujero defensivo maño para marcar en el último minuto, ya sin tiempo de reacción ni de última jugada. Muy flojo el Almería.
Crisis
Se ha perdido el sello competitivo. Lucas quiere actitud, y los jugadores tratan de ponerla, pero no basta. Demasiado frágil, puso en bandeja la victoria al Zaragoza con los mismos errores de siempre. Quedan seis jornadas y los equipos van a morir con sus virtudes y sus defectos, aunque este Almería tiene más de lo segundo. La paciencia, que se acaba por el Mediterráneo, llevó al Zaragoza al triunfo. Sí, va a tocar sufrir y mucho. Hasta el final.
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