Dicen que para ir a Granada primero hay que pasar por Guadix, pues el Almería tuvo que sufrir, y mucho, para conseguir una victoria de oro en La Romareda. Quizá fue la primera mitad donde peor lo ha pasado el equipo en toda la temporada, y es que el Zaragoza impuso su ley desde el inicio, con continuas incursiones por bandas, Pombo por el centro y Linares como referencia. René tuvo que intervenir varias veces y los saques de esquina cobraban protagonismo. Aún así, esta plantilla no quería encajar tantos golpes, que no goles, y dio un serio aviso con el disparo de Álvaro Giménez desviado providencialmente por Cristian Álvarez. Se llegó al descanso con empate y la sensación de que el Almería cada vez se sentía más cómodo entre tanto agobio blanco.
Salió igual el Zaragoza, apretando, metiendo mucha gente en el área, pero el Almería sabía que su momento iba a llegar. Pasaban los minutos, los nervios se apoderaban del bando maño y los rojiblancos pensaban, ¿por qué no vamos a ganar en La Romareda?. Pues pronto dieron el primer paso. Falta directa de Juan Carlos Real desde la izquierda, tocada por la barrera en primera instancia, y desviada a la red por un Álvaro Giménez que olió la sangre en el segundo palo. Mereciéndolo o no, el 0-1 mandaba en el luminoso, al puro estilo grande, es decir, si hay una ocasión, la convierto. El gol afectó anímicamente al Zaragoza, si bien no a su fútbol. Siguió mandando con Javi Ros y James Igbekeme en la medular, pero sin oportunidades. Fue en la acción menos peligrosa, a priori, un saque de banda, cuando en tres toques se plantaron ante René y Vázquez solo tuvo que mandarla a la red. Empezaba otro partido, y muy duro.
No se achicó el Almería y tras forzar un córner apareció la pizarra, esas jugadas que te permiten marcar goles y sumar victorias en encuentros donde menos oportunidades generas. Guante en la bota izquierda de David Rocha, que la mete al segundo palo y Esteban Saveljich, ganándole la partida a Diogo Verdasca, cabecea a la red sin que Cristian Álvarez pudiera hacer nada. Dos golpes maestros del cuadro almeriense para asaltar La Romareda.
A partir de ahí ya no se jugó mas, porque el Almería había dejado noqueado al Zaragoza. Puede que no fuera el partido más brillante, pero no nadie se acordará de cómo jugó el grupo de Fran, si tiró veinte faltas y o le remataron a puerta seis veces. Aquí valen los puntos, 43 para ser exactos, a cuatro del Play Off. Quizá no se llegue, o se luche hasta el final por un sueño, pero esta plantilla va más allá y hace disfrutar al aficionado.
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