Mirando a los ojos al rival

Todos guardamos en la retina la victoria en La Romareda con más de 20.000 aficionados en las gradas y un equipazo enfrente. Pero me quedo con esos partidos donde con independencia del resultado el Almería mira a los ojos al rival.

Da gusto ver al equipo minimizar las condiciones del contrario  y llevarlo a su terreno para esperarlo y superarlo con un estado físico que es la envidia de Segunda. Es tanto lo que ofrece en relación a las tres temporadas pasadas que uno disfruta hasta en el calentamiento.

Antes sabíamos de antemano que partidos se podían ganar y donde no habría manera de sumar. Eso con esta plantilla ya es pasado y venimos de encuentros de máxima exigencia ante Zaragoza, Sporting  y Granada con un Almería que ha mirado a la cara a tres de los mayores presupuestos de Segunda con enorme desparpajo.

La osadía gana partidos pero en el Almería todo se mide, hasta el grado de autoridad que se le otorga al rival en los partidos. Me parece una forma inteligente para no verse inferior a ningún rival. 

Ahora los partidos de casa son fundamentales para ese "mirar hacia arriba" que dice el entrenador. Sin confianzas ante ningún rival y convencidos de sus posibilidades son ilimitados.