El análisis del empate del Almería ante el Rayo

La falta de gol y el escaso fondo de armario, demasiado lastre

Lucien Owona intentando rematar un córner.
Lucien Owona intentando rematar un córner. Juan Sánchez
Miguel del Pino
14:55 • 31 mar. 2019 / actualizado a las 15:57 • 31 mar. 2019

El partido del sábado ante el Rayo Majadahonda debe ofrecer varias lecciones a la hinchada rojiblanca. La primera y fundamental es que todos los choques en esta categoría presentan un grado de dificultad máxima, sea cual sea el historia del rival o su posición en la tabla.



Como muestra un botón. El Granada, que ya había jugado con fuego en Almería, pero acabó llevándose un punto, perdió ante un Numancia en zona de riesgo que venía de ser goleado por el equipo de Iriondo.



El partido frente al Rayo ha puesto de manifiesto que el grupo de Fran no había superado los picos más altos del campeonato, sino que en esta categoría todas las etapas presentan puertos de montaña de similar dificultad.



Sin gol y sin fondo
Desde el punto de vista del buen fútbol, del juego colectivo y del esfuerzo individual, el Almería, hasta la llegada del primer gol de los visitantes, firmó un gran encuentro, como bien apuntó su entrenador en sala de prensa, “casi perfecto”. Pese a ello, no pudo sumar los tres puntos como local y tuvo que conformarse con uno por cuatro causas fundamentales.



La primera, porque a su capacidad de generar oportunidades no unió la eficacia que se necesita en el fútbol profesional para que éstas tengan reflejo en el electrónico.



La segunda, porque el equipo, que había sabido leer el partido en Riazor para sumar un punto, no jugó a nadar y guardar la ropa cuando el marcador le era favorable.



La tercera, porque en defensa el grupo de Fran acusó la baja de Esteban Saveljich.



Y finalmente, porque el conjunto majariego demostró que tiene mucho fútbol, verticalidad y gol. Total, primer match-ball por la permanencia perdido. Este sábado, visita al Extremadura.


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