El Almería cumple este verano 30 años de vida. Vale que como Unión data desde el 10-1-2001, aunque el número federativo que arrastra es el del Ceefe y no el del Poli, porque no hubo ni unión ni fusión de clubes, ya que todo fue dar una mano de pintura en el ayuntamiento para salvar el fútbol.
El Poli sigue tan vivo desde 1983 que tomara la categoría del Campohermoso y el Almería Unión desde 1989 cuando a Guillermo Blanes se le cruzaron los cables y tiró por la calle de enmedio.
Paso al frente
Guillermo Blanes y Manolo García estaban al tanto de todo lo que se movía a nivel futbolístico en nuestra capital en aquel verano de 1989. Esperaron por si ese grupo de empresarios que aparecía en LA VOZ compraba el Poli y viendo que no terminaban de arrancar y que se metían en agosto, dieron el paso.
Salió como un Pegaso sin frenos bajando el Ricaveral. Primero un 6 de julio anunciando sus intenciones para avisar al Poli y un 18 de agosto ya tenía junta directiva y una plaza en la Regional Preferente cedida por el Pavía. En aquella foto de la presentación estaban su brazo derecho, Manolo García, junto a Jorge Túnez y Juan Torres Colomera. No podía faltar Juan Francisco Miralles, ‘Juanchi’, el gerente del Grupo Deportivo Blanes de Fútbol Sala que fue campeón de España cuatro años atrás.
No desaparecer
Blanes, como tantos miles de almerienses, habían conocido la Segunda División del Atlético, luego el Club Deportivo, el Hispania y Agrupación, pero optó por bautizarlo como Club de Fútbol y así quedó reflejado como aquel otro Almería de los años cuarenta y cincuenta.
Cansado de siglas y motes apostó por un Almería, “para toda la vida, del que nos sintamos orgullosos todos los almerienses”, e iba más lejos al afirmar que, “en esta tierra hemos acabado con todas la siglas de clubes y esto no se volverá repetir”. Dicho y hecho, ya que han pasado 30 años y su Almería sigue vivo y se llama Unión por el acuerdo municipal de 2001.
Pagar el día 30
“No podemos dar la imagen de ciudad con mil equipos que no cumplen con los futbolistas. Hay que hacer un presupuesto y pagar religiosamente a los jugadores. El fútbol tiene que ser por encima de todo una empresa y crecer en la medida de nuestras posibilidades”, explicó.
Esto dijo y esto hizo hasta que Alfonso García le compró el gran paquete de acciones para dar nuevos impulsos a un club al que llevó a la Liga Profesional en el año 1.995 y lo mantuvo dos temporadas entre los mejores de España, y tras descender hasta Tercera División, lo entregó de nuevo en la LFP demostrando su capacidad de gestión.
Los presupuestos de Blanes se hacían en una caja de zapatos y delante de su mostrador tomaba las mejores decisiones con sus directivos. Había que pararlo, puesto que su corazón y su amor a esta tierra le llevaron a cometer errores, pero siempre poniendo su ciudad como bandera.
A Blanes le debemos este Almería que nacía distinto y ganó una guerra que no pregona. Hasta en eso hubo elegancia el día que salía a escena en Almería Unión.
Solo vale ganar
Se le criticó mucho porque firmó a los mejores jugadores. Porque bajó el precio de las entradas y hasta por regalar una toalla o un balón por abonarse al Almería Ceefe. Pero cambió para siempre la dinámica de los Almerías y a todos los entrenadores que firmó les dijo lo mismo: “Aquí necesitamos ganar partidos y me da lo mismo que entrene Cayuela o Stielike”.
Aquel verano de hace 30 años llegaba un ganador y creó el Almería de Alfonso García.
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