El Almería completó su segundo partido consecutivo sin marcar lo que le llevó a perder dos puntos de oro ante un rival mediocre que vino a por uno y se lo llevó porque impusieron su ley del antifútbol. Es decir, se jugó donde y como quiso el conjunto de Eloy Jiménez. El equipo ha ido perdiendo poco a poco sus señas de identidad del comienzo hasta convertirse en un conjunto lento de ideas, previsible y sin remate.
Como viene siendo habitual el cuadro local comenzó dormido. El visitante trató de sacar provecho del letargo de los de Pedro Emanuel, pero G. Valentín, sólo dentro del área lanzó fuera en la mejor ocasión lucense en el envite.
Jugando con tres centrales muy retrasados y cuatro hombres por delante el cuadro gallego dejaba las suficientes lagunas entre ambas lineas como para haber sacado partido de ellas, pero, salvo en algún momento puntual, los volantes no tuvieron ni calidad ni ideas para filtrar balones a esa zona descubierta de los lucenses.
Poco a poco el Almería fue cambiando el signo del partido y llegó a disponer de varias oportunidades, pero Corpas, sólo ante el portero, Vada, Chema y Sekou enviaron al limbo de los justos las opciones de que dispusieron para inaugurar el marcador.
Es por ello por lo que se llegó al intermedio con buenas sensaciones por parte local ante un Lugo que vino a defender y aprovechar algún descuido.
En la reanudación se volvió a las imprecisiones y falta de ritmo del comienzo del choque. Era evidente que había que tomar medidas para intentar evitar otro desastre en forma de empate. Apenas rebasado el primer cuarto Coric entró por Vada y poco después Juan Muñoz por Chema.
La entrada de éste sembró algunas dudas en la zaga visitante en el Mediterráneo. Nada más salir realizó una gran acción personal que culminó con un disparo parable.
En el último cuarto, con más corazón que cabeza y a base de acciones personales los locales estuvieron cerca de romper la igualdad. En una melé dentro del área un defensor salva ante Muñoz, en el minuto 87 Sekou fallar lo imposible, como había hecho en el primer periodo.
El mejor atacante local puso a prueba al meta Cantero con un disparo dentro del área que sacó a córner el portero visitante. Con un pésimo control de Corpas en condiciones ideales dentro del área acabó un partido para olvidar que pone punto y seguido a la crisis. El calor y el árbitro pusieron su granito de arena.
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