La mala gestión deportiva pone en riesgo la ilusión de la hinchada

Sumidos en una crisis de juego, resultados e identidad

Aficionados del Almería.
Aficionados del Almería. Juan Sánchez
Miguel del Pino
18:08 • 02 mar. 2020

Existe  casi total unanimidad a la hora de calificar de única e inigualable la oportunidad perdida por el Almería en Cádiz. Sumidos en una crisis de juego, resultados e identidad de la que no presenta el menor de los indicios de recuperación, el horizonte del equipo de mis amores y de mis desamores se presenta cada día más cargado de negros nubarrones que hacen olvidar el azul del cielo rojiblanco hace no demasiadas jornadas. Cada día que pasa, cada semana que se consuma tengo más claro que la actuación de la parcela deportiva de la entidad almeriense ha sido un auténtico desastre.




Los responsables de planificar la composición del plantel y seleccionar los jugadores idóneos para cumplir el objetivo del ascenso han fracaso en toda regla, entre otras razones porque han pagado un precio de oro por unos jugadores que en su mayoría están rindiendo a precio de bisutería. Pase lo que pase en la presente campaña Turki no puede mantener en sus puestos a un equipo técnico que ha demostrado una incompetencia a prueba de talonario. Pese al gran desembolso realizado, el Almería se presenta actualmente como el equipo menos consistente de la categoría y el peor de las seis últimas etapas. De las siete incorporaciones realizadas en el mercado invernal sólo una, David Costas, jugó de inicio en Cádiz y su rendimiento dejó mucho que desear.




El club necesita tener hombres de demostrada competencia en su parcela deportiva. En este sentido la sufrida hinchada rojiblanca conmigo a la cabeza pedimos a gritos la vuelta de Ibán Andrés, el mejor secretario técnico de la historia de la Unión.  También los jugadores deben de asumir su vital parte de culpa en el actual lamentable estado de cosas. Una semana sí y otra también proclaman a los cuatro vientos que están a muerte con su entrenador. ¿Y a sus aficionados que le ofrecen? ¿Se merecen mantenerlos tristes y desilusionados? La misión de un entrenador es sacar lo mejor de cada jugador hacer que todos parezcan buenos; con Gutiérrez todos parecen malos .
Eso sí, de días de vacaciones van bien servidos, los que más. ¿Hasta cuándo?








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