Ahora que se presenta un Estadio Mediterráneo de Champions y se lanzan las campanas al vuelo entre cohetes, que nadie se olvide de donde venimos y quiénes fueron los artífices de una gloria hacia la que nos encaminamos gracias al ministro y presidente Turki Al-Sheikh.
Hoy todos se afanan en pronunciar bien el nombre del dueño del Almería, al alcalde le sale de cine, y pocos echan la mirada hacia los que dieron vida al club que tenemos, metiéndose de lleno en una guerra civil deportiva.
El motivo
Guillermo Blanes era un empresario de reconocido prestigio en 1989 y en la gestión deportiva había demostrado a España entera que su amada Almería podía ser campeona de Liga estando en una esquina del Sur.
Se marchó quemado del fútbol de pista y estaba desencantado porque sus intentos de acabar con la agonía del Polideportivo Almería fueron frustrados por la enorme deuda que le llevaría a la desaparición.
Harto de ver nacer y morir a tántos clubes con el nombre de su tierra, se le ocurrió la idea de partir de cero. Hacer un nuevo equipo y que llevara el nombre de Club de Fútbol. “Nuestro gran objetivo será no desaparecer nunca”. Dicho y hecho. Por ello dio vida a un nuevo club y hasta el último de sus días se mantendrá firme en la propuesta.
Los hombres
Blanes encontró la conexión con los hombres del Pavía que le dieron la categoría en tiempo récord; se fue a la calle Reyes Católicos a por Nicolás Uclés y en menos de una hora el presidente le daba vida a una idea clara.
Como tenía del fútbol sala a un secretario general que valía para todo: Juan Francisco Miralles ‘Juanchi’, éste fue el primero de los fichajes para su nueva directiva. Luego apostó por el que fuera portero del San Antonio y gerente de la Papelería Colón: Manuel García.
Con ellos tres aparecía la figura de Jorge Túnez, de familia de grandes fotógrafos y empresario en auge con la marca Copysur. Ya tenía dos vicepresidentes y el tercero llegaría de la banca con Juan Torres Colomera. Enorme locutor de radio y artista las 24 horas, que por aquel entonces estaba dirigiendo La General de Granada.
Ellos fueron los primeros de la lista a la que llegarían casi a la par Sebastián Moyano de TodoBa y Manuel Abad de Muebles Mago. Más tarde Luis Guillén daba origen a una larga lista de los hombres de Guillermo.
Una pasión
Sin tiempo se firmó a Pepe Navarro para hacer un equipo, se habló con el alcalde Santiago Martínez Cabrejas y empezaron lo líos con el campo. El Poli utilizaba el Franco Navarro (hoy Juan Rojas) y el nuevo Almería de prestado se tuvo que marchar a Benahadux.
La furia implacable de Guillermo Blanes aparecía cuando no era tratado por igual llevando su club el nombre de Almería. Era solo el comienzo de una pasión llamada Ceefe.
Una guerra
A medida que iba creciendo Guillermo con sus hombres y su equipo subía escalones en el fútbol nacional, comenzaba una guerra entre almerienses. Unos del Poli y otros del ‘Blanes’ encontrándose en Tercera y Segunda B, hasta que el equipo de Guillermo logró la Liga Profesional.
Eran tiempos de división y aquel que no entendía la grandeza de su club entraba en el terreno de ser un “antialmeriense”, Blanes no se cortaba un pelo a la hora de hablar y calificar.
La gloria
Aquellos años de división desgastaron a los dos clubes. Más al Poli que al Ceefe, hasta el punto de llegar a unirse para siempre en el año 2001 y tomar el número competitivo del club de Guillermo Blanes y mantener la SAD que ya estaba en marcha.
Ni fue una unión, ni todos salieron contentos, porque la realidad dice que la UD Almería es el club de Blanes y el Polideportivo de 1983 sigue compitiendo.
No hubo perdedores que era lo más importante.
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