José Gomes, el míster que siempre deja huella allá donde entrena

Era un desconocido para la afición de la UD Almería cuando llegó al proyecto de Turki Al-Sheikh, pero si vamos al baúl de los recuerdos del míster del equipo rojiblanco, comprobamos que el ministro saudí fichó a un técnico preparado y que ha dado la vuelta al planeta fútbol antes de llegar al Almería con el objetivo de llevarlo a Primera División. José Gomes nació en Matosinhos, cerca de Oporto (Portugal), el 28 de agosto de 1970.

A pesar de su edad (50 años), José Gomes lleva media vida en los banquillos con 25 años de experiencia a sus espaldas. Cuenta con un magnífico cartel en Portugal, considerado por muchos un míster que ha viajado mucho y preparado.

Cuatro idiomas

Habla portugués, español (lo aprendió de niño jugando con otros chavales en la playa cuando veraneaba en la costa gallega con sus padres), inglés y francés. Dejó de jugar al fútbol muy temprano. Con tan sólo 20 años cambió las botas por la libreta de míster.

Historia
Se escapaba a los entrenamientos del Oporto de Bobby Robson saltándose las clases de la universidad donde cursó la carrera de Educación Física-Especializado en fútbol. Antes de lanzarse en solitario y llegar al Almería, trabajó en equipos como el Benfica, en el cuerpo técnico de Camacho), el FC Porto, Panathinaikos y Málaga como asistente de Jesualdo Ferreira y desde 2012 como entrenador de clubes como Videoton (Hungría), Al Ahli (Jeddah), Al Taawon (Arabia Saudita), Rio Ave FC (Portugal), Reading (Inglaterra) y Maritimo (Portugal).

De su experiencia en el Benfica con Camacho siempre asegura que aprendió la importancia llevar por bandera la honestidad en los estamentos de un club. “Solo tiene una cara ante el jugador, el presidente o el periodista, una forma sincera que me ha marcado”, declaró.

José Gomes siente que este viaje a través de tantas ligas le ha brindado una gran experiencia y antecedentes realmente valiosos que facilitan una rápida adaptación a diferentes ligas y situaciones, como es el caso del Almería.

Era un viejo anhelo del ministro Turki Al-Sheikh, que ya intentó en un par de ocasiones su contratación por su amplia experiencia y la buena reputación que se labró en el fútbol saudí.