Jesús Joaquín Fernández Sáez de la Torre nació en Cádiz y vino por Roquetas siendo canterano antes de aterrizar en el Almería. Por el nombre de su DNI nadie le conoce pero hoy si en Europa decimos Suso la flecha se coloca en el Sevilla y en uno de sus mejores futbolistas.
Regresaba a su querida Andalucía tras dar la vuelta al mundo por grandes clubes y se ha convertido en uno de los pilares del mejor equipo de los cuartos de final de la Copa del Rey, al que le aporta un talento natural al alcance de pocos.
Pero no vamos a hablar de la estrella de hoy porque para el Almería Suso ha sido uno de sus mejores futbolistas siendo aún un niño cuando vestía la rojiblanca. Un niño que vino de Liverpool con un cheque en la mano. Tuvo mucho que ver en la permanencia del Almería y esto era dinero en caja.
David Vizcaíno
Nunca podrá Francisco pagar la deuda y Alfonso García tampoco. Tras el ascenso de Javi Gracia y la llegada al banquillo del almeriense un hombre del Zapillo, David Vizcaíno, cazatalentos de la cantera y hombre del Liverpool nos hablaba de un centrocampista que era la bomba. Él hizo de mediador para una cesión que pasó inadvertida para otros clubes pretendientes.
Llenó las arcas del Almería
Suso llegó con la pretemporada avanzada y con una timidez propia de la edad que dejaba en el vestuario cuando se vestía de rojiblanco. Su pierna izquierda empezó a dar balones de lujo para un Almería limitado que era carne de descenso.
Quedaron para la historia sus goles decisivos y sus asistencias hasta hacer realidad el sueño de salvar la categoría y meter millones de euros en las arcas de un club que con Alfonso García vivía del dinero de las televisiones. Suso nos salvó.
Un día se durmió
Pero no lo tuvo fácil. Le pasó factura dormirse en su cumpleaños y no le bastó el llegar tarde al entrenamiento diciendo la verdad. Sonó tanto llegar tarde a un entrenamiento que el jugador dio un puñetazo en la mesa y tras callar y no hablar del tema se dedicó a lo que sabía hacer en un campo: jugar y encandilar con una calidad natural que ahora disfrutan (disfrutamos) viéndolo en el Sevilla.
Siempre tuve claro que Suso llegaría muy lejos. Daba gusto verle manejar la pelota y encontrar siempre soluciones a cada problema.
Todos disfrutamos mucho con Suso. Ahora cuando veo un partido del Sevilla ni me entero del resultado. Solo me fijo en sus movimientos y en su talento natural para jugar a la pelota. Pura fantasía.
Le deseo siempre lo mejor.
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