Los besos del CEO

Hay detalles, muchos, que suelen no verse; historias que pasan desapercibidas al final de los partidos en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. El vestuario del Almería fue una fiesta al final del encuentro de los rojiblancos de Rubi ante la Ponferradina en el recinto deportivo de la Vega de Acá, y es que el triunfo del proyecto de Turki tiene un valor muy grande de cara al partidazo del próximo sábado ante el Valladolid, tercer clasificado, en el José Zorrilla, choque que se celebrará a las 18:15 horas.

La historia

Es el partido estrella de la jornada 36 en el Campeonato Nacional de Liga en el fútbol de plata y se verán dos equipos muy grandes, diseñados para el ascenso a la Liga de las Estrellas, con dos grandes presupuestos y a los que solo les vale subir de categoría en el presente curso en Segunda, pero vamos con aquellas estampas que no se vieron al final del partido ante la Ponferradina de Bolo.

Los futbolistas, cuando iban accediendo al túnel de vestuarios, rumbo al vestuario comenzaron a gritar, a sonreír; la victoria era grande y había motivos para la celebración. Se vivieron momentos de mucha emoción con los abrazos y las felicitaciones de protagonista. Rubi se mezcló con los jugadores en la llegada al vestuario; la cara del entrenador del Almería era de auténtica felicidad, también había motivos para ello. La victoria supone ir a Pucela por delante del Valladolid.

Otra de la imágenes la protagonizaron aquellos jugadores fuera de la convocatoria (los lesionados y los sancionados). Esperaron al equipo en la puerta del vestuario para felicitar a sus compañeros por la victoria, son detalles e imágenes que demuestran la gran unidad que hay esta temporada en el vestuario del Almería.

Pero faltaba Mohamed El Assy. Bajó al vestuario y comenzó a repartir besos en la cabeza a los jugadores del Almería. Es un tipo muy cercano, querido y respetado por los jugadores. Se ha declarado el estado de alegría en el Almería.