Se escuchan ofertas...

"No somos una ONG". Aquella frase de Mohamed El Assy en la Universidad de Almería el pasado mes de noviembre sirve para entender qué tiene en mente el club para diseñar la plantilla 22-23 en Primera División. A falta justo de quince días para que se abra el mercado de fichajes hay una cosa que ha quedado clara en los despachos.

Primero, Umar Sadiq ha reconocido en Nigeria que su intención es debutar en la máxima categoría con la UD Almería. Se siente cómodo en la ciudad después de dos campañas, se entiende con el entrenador y los compañeros lo arropan. Sin embargo, el plan del club es otro pero no solo con el '9', sino con los jugadores de más mercado.

Mayor margen

El objetivo para poder firmar gente de mayor calado es aumentar el límite salarial de la plantilla, que en el pasado ejercicio alcanzó los 10,3 millones de euros, mientras que en el ejercicio 20-21 era mayor con 27,32 M€. Ocupó la octava posición en esta particular clasificación del límite siendo superado, entre otros, por SD Eibar, con 30,15 millones de euros, Real Valladolid (29 M€), Leganés (26,44) y Huesca (18,66).

Las estrellas

Esto quiere decir que el Almería escuchará ofertas por sus estrellas en el mercado de verano. El mensaje desde las altas esferas no ha cambiado ni en Segunda ni en Primera, y es remitirse a las cláusulas de rescisión de sus activos -en el caso de Umar Sadiq escala a los 60 millones-, pero se puede negociar en un margen de entre 25 y 30 'kilos' por el nigeriano. El año pasado se rechazó una oferta de 18 millones del Getafe. Hay más jugadores 'apetecibles' en el vestuario como Sergio Akieme, Samú Costa, Largie Ramazani e incluso un Lucas Robertone que ha ido a más durante la temporada. También Arnau Puigmal dio un paso adelante. Teniendo en cuenta que la mayoría de las cláusulas están por encima de los 10-15 millones, el negocio puede ser perfecto. Todo ello sin olvidar que algunos profesionales harán las maletas para firmar en Segunda División. 

¿Qué es el límite salarial?

No se va a vender por vender este verano, pero tampoco están las puertas cerradas para que algún peso pesado se marche y permita una ampliación importante del límite salarial. En el pasado curso, al no haber una gran venta como la de Darwin Núñez, bajó de casi 30 millones a poco más de 10. Este famoso tope es la fórmula empleada para controlar la economía de los clubes, evitando que estos incurran en competencia financiera desleal que pueda desembocar incluso en la quiebra de estos, tal y como sucedía antaño. Simplificando mucho, la fórmula para calcularlo sería el resultado de restar los ingresos estimados que un club va a percibir y los gastos extradeportivos estructurales que va a tener (créditos, sueldos de personal no deportivo, instalaciones, etc). A esta resta hay que incluirle también las pérdidas o los beneficios arrastrados del ejercicio anterior.