Tener a Turki tan cerca tiene sus ventajas y también sus inconvenientes. La cabina de la Cadena SER y LA VOZ está justo encima del nuevo palco vip de cinco estrellas del presidente de la UD Almería. Casi tocamos al ministro.
Él nos mira y nosotros estamos pendiente de sus movimientos desde el primer minuto del partido hasta el último segundo, algunas veces nos olvidamos del partido.
Anoche, después del segundo gol de su Almería, hubo un interncambio de miradas, bueno de sonrisas. Cada día más cercano, más 'almeriense', como Mohamed El Assy.
El mensaje
Hace unos meses comentó Tony Fernández en la redacción que llegará el día que no será noticia Turki en el palco y tiene más razón que un Santo porque el presidente, que lleva dos semanas en un hotel en El Toyo, comienza a ser uno más en el Estadio de los Juegos Mediterráneos.
El Turki más rojiblanco ha vuelto con su camiseta del Almería para disfrutar y sufrir animando a su Almería. El presidente es de carne y hueso. Se enfadó tanto con el gol del Sevilla que se levantó de su sillón de Primera División y se fue, no sabemos donde, durante unos 15 minutos.
Vive los partidos con máxima tensión. El sábado estuvo solo casi todo el partido, salvo los diez minutos que estuvo acompañado por Mohamed El Assy, consejero delegado y director general del Almería.
Aparca el teléfono móvil, pero hace un par de llamadas con el partido en marcha. Habla, pero jamás le pierde la vista al encuentro. Se enfada, sufre, sonríe, salta, celebra... y la afición se alegra cuando ve tiene un presidente tan entregado al equipo con el que quiere lograr primero la permanencia en Primera División y luego pensar en otra cosa. La cabeza de Turki no para y seguro que prepara grandes proyectos.
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