Los ‘grajos’

La victoria del UD Almería ante el Rayo ni ha tapado bocas ni salva la cabeza del entrenador. Es solo un respiro para el banquillo y la calma que llega a palacio, porque en Primera se juega para ganar. Acertó Rubi como otras veces se ha equivocado y la cruda realidad dice que los ‘grajos’ han volado del Mediterráneo por ahora pero...

No se fíen de la Primera División que esto es el deporte de la semana y cuando se encadene otra racha empezarán de nuevo a volar las rapaces por Almería porque es ley de vida. Por ahora Rubi ha ganado tiempo para trabajar.

El entrenador catalán es el nexo de unión con el planeta fútbol porque desde palacio poco se filtra salvo los mensajes de Mohamed cuando habla por boca de Turki. Sabe Rubi que se jugó el bigote ante el Rayo y que una derrota le iba a costar el puesto, y ha sabido ganarse la confianza de sus jefes con un buen resultado acompañado de la mejor versión. Esa versión que todos queremos ver del UD Almería: compitiendo como se hace en Primera.

Veteranía

Ya dijo Rubi cuando se fichaban jugadores tan jóvenes que llegarían hombres de experiencia, y si los pones en una misma alineación te dan ese plus del que había carecido el equipo desde la marcha de Sadiq.

No le den más vueltas que los pesos pesados han salvado a Rubi y le dan semanas (más de una) para poder seguir puliendo ese diamante que han puesto en sus manos. Se ha dado cuenta, por fin, que tiene un equipo con mucha juventud, y lo hará crecer solo con la presencia de los pesos pesados que le darán tranquilidad y confianza a los que vayan entrenado en el equipo. La segunda vuelta será mejor.

El pasado sábado ganó más que el UD Almería su entrenador porque ha tapado bocas y ha espantado a los ‘grajos’ que seguro que volverán a la siguiente mala racha, porque en Primera solo los grandes juegan a otra casa diferente.

Como dice Rubi “lo que funciona no hay que tocarlo” que se aplique el cuento y mantenga a los pesos pesados como premio a su ‘salvación’ demostrando ante el Rayo que de verdad estaban con su entrenador a muerte.

No se fíen porque: "cuando el grajo vuela bajo hará un frío del carajo".