LA OPINIÓN: A veces lo que todos vemos por la tele o en el campo nada tiene que ver con lo que los técnicos están mirando en un partido y a las pruebas me remito.
Le ha pasado muchas veces en Segunda y en Primera al entrenador del Almería que planifica de maravilla y luego no sabe corregir y le salen mal los cambios.
Hay veces que se ven a los futbolistas pidiendo a gritos un cambio y al que saca es al que mejor está rindiendo en ese momento. Como diría Ambroso: “A montones” de veces ha pasado.
Planificar
Esto que les cuento me lo enseñó Juan Antonio Román (maestro de entrenadores) y me lo corroboró Juan Melero que es para mí el número uno viendo fútbol.
Un día con Floro Garrido delante mientras cenábamos en el ‘Rincón de Pedro’ de Albox le soltó Melero a Floro a la cara que: “planificaste bien y corregiste mal”. Garrido me miró mientras yo me encogía de hombros ante el dardo envenenado. Y eso que Floro leía bien los partidos.
Dirigir
Hay muchos tipos de entrenadores pero por sus actos se les conoce y el del Almería es metódico en la preparación del partido y ha asegurado muchas veces que tiene un plan A y otro B.
Pero con dos planes igual no te llega y de forma improvisada le ganas al rival con un cambio acertado. Se trata de leer el partido y dirigir bien en cada momento al equipo: no hay más.
Corregir
Aquí se estrellan los talentos en el fútbol porque no todo depende de un equipo. El rival cuenta y hasta el colegiado con el VAR que está tan de moda.
He conocido entrenadores en el Almería que se quedaban bloqueados ante una situación que escapó a su plan de partido. Se volvían locos ante el clamor de la grada que veía más que él.
Luego en la sala de prensa aparecía el típico ataque de entrenador y los tontos éramos todos y el único listo el entrenador.
Que se aplique el cuento Rubi que el partido de Cádiz le retrata.
Un diez en planificación y un cero en los cambios.
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