Parón y reflexión en la UD Almería. Tiempo para recapacitar y buscar respuesta a las preguntas que más inquietan a la afición, la gran sufridora con el equipo en zona de descenso. Penúltimo, con 26 puntos, el club se mantuvo firme en el propósito de darle toda la confianza a Rubi para que sea él quien guíe a la plantilla hacia la permanencia.
El fútbol tiene sus coletillas y una de ellas es la de las “sensaciones”. Hay buenos partidos que acaban en derrota y actuaciones deficientes en triunfo. Por esto han pasado el Almería y hasta el líder FC Barcelona. Sin embargo, ¿cómo se ha llegado a esto?. El balón no engaña y los números tampoco. El Almería cerraba la primera vuelta navegando tranquilamente en la zona media, concretamente en el undécimo puesto, con 22 puntos. Tenía detrás a Girona (21), Sevilla (21), Valencia (20), Espanyol (20), Celta (20), Valladolid (20), y ya en puestos de descenso a Cádiz (19), Getafe (17), y Elche (6).
Por aquel entonces, en la parada 19 de la competición, el Almería superaba en el Mediterráneo al Espanyol por 3-1 para colocar tres puntos de renta con la cola, pocos, aunque con muchísimo rivales de por medio.
Caída libre
Desde aquel 27 de enero se apagó la luz para el conjunto almeriense. Se fueron por completo las sensaciones y los marcadores. Hubo tres partidos seguidos a cero con una montaña rusa de esas “sensaciones”. En Vallecas gran primera parte sin gol y desaparición en la segunda sin oponer resistencia (2-0). Frente al Betis muy bien en ataque y transparentes atrás para encajar tres goles cuando el guion parecía llevar al Almería hacia la victoria (2-3). Y la debacle de Girona con uno de los peores encuentros que se le recuerda al equipo en los últimos tiempos. Un 6-2 movió los cimientos del vestuario con Rubi asumiendo toda la culpa del desastre.
Volvió momentáneamente la alegría contra el FC Barcelona (1-0), pero se quedó en un espejismo, ya que después llegarían otros dos tropiezos con Villarreal (0-2), y Sevilla (2-1), siendo el 1-1 con el Cádiz la última parada previa a este parón.
En blanco
Siete jornadas se la segunda vuelta y el Almería es el ¡peor equipo! de Primera División. Solo cuatro puntos en el casillero rojiblanco para comprender que con 26 en total la plantilla es penúltima a uno de la salvación. Le seguirían en esa lista Valencia y Osasuna, ambos con seis, y un poco más arriba Elche y Sevilla, con siete. A Rubi no le gusta que se tire el corte de la estadística por el lado negativo, aunque la segunda vuelta ha traído carbón para el grupo.
Sin margen
Se esperaba sufrir para conseguir el objetivo pero la dinámica de resultados no invitan precisamente al optimismo. La única posibilidad es que durante el parón Rubi recomponga anímicamente a los futbolistas para salir del pozo. La mala noticia es que para que las cuentas salgan habría que sacar alguna victoria fuera y los viajes no son especialmente sencillos. El balón no engaña y las cifras tampoco. El Almería está en serios problemas.
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