Un estadio a reventar

Ahora que las obras de la Fase 2 del Mediterráneo están tan de moda, hay que echar la mirada atrás para saber que el Franco Navarro sigue manteniendo el récord de asistencia a un partido de Primera en Almería con 23.000 aficionados, según comunicó el club a LA VOZ DE ALMERÍA.

Un equipo de Maguregui en la mitad de la tabla y la pasión por el Real Madrid hicieron posible que los aficionados agotaran el papel en taquilla, y se habilitaran hasta las torretas de la luz para aquellos que se colaron.

Alfonso García Sánchez no pudo evitar que la pasión por el Almería unida a la fiebre del Real Madrid hicieran llenar dos maletas con billetes que fueron directamente al banco.

Lo nunca visto

El Franco Navarro tenía una capacidad que rondaba los 15.000 aficionados sentados pero en los fondos aquella temporada se seguían los partidos con la afición puesta en pie para doblar la capacidad. Ya en los tiempos de Segunda División hubo quejas de los abonados de Preferencia que pagaron un suplemento para el ascenso, y se tenían que levantar cuando ya habían ocupado su asiento debido a la aparición de más aficionados de los que cabían.

Aquello se iba repitiendo cada partido por los buenos resultados del equipo que no perdía en casa, hasta el punto de meterse esos 23.000 aficionados apiñados en las gradas, y que al descanso colapsaban los servicios ideados para 15.000.

El Real Madrid se encontró aquella tarde a un Almería bravo y luchador que sumó un punto (en la Liga de dos) gracias a un tanto de Arias. Ni Juanito ni Vicente del Bosque o Santillana pudieron con el Almería de José María Maguregui.

Memorable

Aquella temporada ser del Almería era lo más grande, y tener un abono era un seguro de vida para no quedarte fuera. Había los llamados días del club donde pagaba todo el mundo, pero en la taquilla se ponían pocas entradas y solo el ‘cartoncito’ del abono te garantizaba ver a los grandes de España, en un campo que ya nacía pequeño cuando Franco Navarro puso la primera piedra en el barrio de Torrecárdenas.

Aquel partido se jugó a la hora oficial del Almería que los puso toda la temporada a las cuatro y media de la tarde. Eran otros tiempos y el domingo de la mesa a la grada para aplaudir a un equipo plenamente identificado con la ciudad y con su gran afición.

Los que se colaron no la tienen, pero muchos de los que asistieron a aquel partido guardan como un tesoro la entrada del encuentro, porque era la primera vez que venía el Real Madrid a nuestra ciudad en partido oficial y en  Primera División. Muchos de aquellos 23.000 aficionados apiñados en la grada no podían imaginar que hoy en 2023 siguen siendo protagonistas de la taquilla récord en esta ciudad en un partido oficial.

Quejas

Me contaba el gerente del Almería, Paco Góngora, el calvario que pasaba cuando venían los dos grandes a esta ciudad porque: “me piden entradas hasta para la asistenta de la casa”. Familias enteras fueron al fútbol por obra y gracia de la mano derecha del presidente, que hacía el milagro cuando en realidad “yo quería desaparecer del mapa porque no me dejaban vivir, todo el día al teléfono atendiendo la petición de entradas”. Góngora no estaba para eso en el club pero  su cercanía con la afición le hacía pasar por el duro trago de tener que repartir las localidad para los compromisos.

Hizo milagros y ayudó a mucha gente que a los cinco minutos (una vez dentro del Estadio) se olvidaban para siempre del bueno de Góngora. Otros buscaban directamente al presidente que remitía a la taquilla sabiendo que no quedaba ni una sola localidad.