El prestigio e imagen de los árbitros españoles de fútbol, en el ámbito de las competiciones internacionales, está fuera de cualquier duda, sobre todo desde hace unos años acá, participando repetidamente y con éxito, en diferentes finales de importantes Competiciones europeas, incluso en Campeonatos del Mundo.
Sin embargo, otra situación es bien distinta en cuanto se refiere a lo que es la estructura interna y funcionamiento del Comité Técnico de Árbitros español al que pertenecen, donde a pesar de la evolución socio-cultural que indudablemente se ha producido en nuestro país, tales estructuras han quedado anquilosadas y demasiado obsoletas, porque después de 50 años, no se han adaptado a los nuevos tiempos que corren, a los procesos organizativos y de transparente gestión, que dejan mucho que desear, por esa necesaria evolución que lamentablemente a día de hoy, todavía no se ha producido.
Normativa
La nueva y reciente Ley del Deporte 39/2022, promulgada por el Gobierno Español el pasado día 30 de diciembre, ha sido una oportunidad perdida para el arbitraje y el fútbol español, donde se deberían recoger y contemplar lo que sería el nuevo concepto/modelo organizativo de arbitraje a implantar, partiendo de un ente moderno, transparente, participativo y sobre todo libre, que diera respuesta a las reivindicaciones históricas, nunca atendidas. (Ver artículo publicado en IUSPORT el pasado día 5 de mayo, “Hacia un nuevo rumbo del Arbitraje Español”).
Con respecto a los temas financieros y de recursos, se ha resuelto muy satisfactoriamente, sobre todo para el colectivo arbitral dependiente de LaLiga, es decir, todos los árbitros, árbitras, asistentes y técnicos de VAR de 1º y 2º división, hasta el punto de ser los mejor remunerados del arbitraje mundial, muy por encima de sus compañeros del resto de las grandes ligas Top´s: Premier League, Bundesliga, Serie A y Ligue 1, pero con la gran diferencia, de que sus respectivos Comités Técnicos nacionales, sí han adaptado y modernizado sus estructuras y modelos organizativos, a la realidad actual, mientras los españoles seguimos anclados en el pasado.
Opinión
Desde el respeto que a nivel personal me merecen todos los árbitros y árbitras españoles, sin excepción alguna, nadie puede negar el enorme lunar que invade a este numeroso colectivo, que no es otro que el MIEDO, sí, en el arbitraje español igual que ocurría tantísimos años atrás, continúa existiendo el miedo y temor a los superiores jerárquicos, algo impropio en los tiempos que corren, y que conllevan incuestionablemente, la manipulación interesada de que, en cualquier momento necesario, son objeto. Y no me quiero referir solo a los árbitros profesionales, sino también a los jóvenes que empiezan tan difícil carrera, en sus respectivos colegios provinciales y territoriales.
Es inasumible e incomprensible, que todavía cuando está finalizando el 1º cuarto del siglo XXI, en un colectivo tan trascendente e importante, que siempre se ha caracterizado por su transparencia, honradez y abnegación por su dedicación a tan difícil faceta deportiva, y tengan que soportar todavía, el abuso de la tradicional e histórica “obediencia debida”. PUES NO, hay que finalizar de una vez por todas con el miedo y temor a los superiores jerárquicos, que ni tan siquiera han sido elegidos democráticamente por ellos; aunque estatuaria y orgánicamente todos pertenezcan a la RFEF..
La política del miedo tiene que desaparecer cuanto antes del colectivo arbitral, sobre todo para evitar la manipulación personal de que son objeto a diario, y por citar uno de los ejemplos más recientes, lo podemos comprobar en la “amable invitación” que colectiva y generosamente, han sido objeto para asistir a la Asamblea General Extraordinaria celebrada el pasado viernes por la RFEF., aun no siendo ni siquiera Asambleístas de la misma, y cualquiera se preguntará.
Dudas
¿Cómo es posible que esto ocurra? Pues sí, en el colectivo arbitral es el único del fútbol español, donde todavía se practican estos abusos, y además controlándote si colaboras o no, con el cometido de la “tan amable invitación”; hecho que solo ocurre con el colectivo arbitral, nunca con el resto de los otros colectivos del futbol, como jugadores o entrenadores.
Que autoridad moral ni deportiva, tiene ningún dirigente para atentar, con la osadía que lo hacen, contra la dignidad humana y el derecho de ninguna persona, y menos tratándose de un juez deportivo; conminándole con demasiada frecuencia a tomar parte activa en acontecimientos y eventos interesados de tales dirigentes, y es más, en esta última ocasión hasta cancelando una reunión técnica periódica que semanalmente celebran, para propiciar y asegurar la presencia de los colegiados en tan lamentable Asamblea.
Ya está bien, por un mínimo de decencia y respeto, a un colectivo tan desamparado y abandonado, como son los árbitros españoles, es absolutamente necesario regular a la mayor urgencia posible su función y representatividad, para dignificar con autonomía, transparencia y sobre todo libertad, tan importante figura en el mundo del fútbol.
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