Los 103 días de Moreno

El 17 de junio, pasadas las once de la noche, la UD Almería hacía oficial el recambio de Rubi al frente del equipo. Era Vicente Moreno. Con el aval de Turki Al-Sheikh tras su magnífico trabajo en Arabia Saudí con el Al-Shabab, y su trayectoria en España, con dos ascensos a Primera y una salvación holgada con el Espanyol, el valenciano fue el encargado de iniciar el "cambio de ciclo", pero no ha podido terminar su obra en el banquillo rojiblanco.

Han sido 103 días al frente del equipo. ¿Qué ha podido fallar?. Por encima de todo son los resultados. Solo 2 de 21 en el casillero, colista de la Liga y desangrándose en defensa con 18 goles encajados. La gota que colmó el vaso de la paciencia fue el 5-1 en Sevilla. No hubo capacidad de reacción ni de los futbolistas ni del entrenador, por lo que el club tomó la decisión -aún no oficial hasta que firme el finiquito- de prescindir de sus servicios.

Explotó la bomba

Sin embargo, este análisis tiene que ir mucho más allá de lo que dice la tabla o la goleada en Sevilla. Su mensaje no ha llegado a calar del todo en el vestuario. Llegó para construir la casa desde los cimientos pero estos eran demasiado débiles. Errores individuales, y también colectivos, convirtieron al Almería en una presa demasiado fácil para sus rivales. Durante seis jornadas se vivían más de sensaciones que de puntos. Las estadísticas decían que sí y los marcadores que no, hasta que en Sevilla explotó la bomba. Ese desgaste psicológico terminó de romper el camino de Moreno en el Mediterráneo.

Números en Primera

19 victorias

18 empates

44 derrotas

75 puntos

Media de 0,93 por partido

Decisiones

A favor del míster cuenta que muchos de los fichajes llegaron tarde. El club le dio margen suficiente para acoplarlos y a punto de cumplirse un mes desde el cierre del mercado el Almería ha ido a peor. Tampoco se entendieron, incluso desde dentro, algunas decisiones como quitar a Lopy frente al Valencia cuando era el jugador que daba equilibrio, o incluso a Arribas, que olía el triplete, aunque en este caso fue por "cansancio". Lo del Sánchez Pizjuán fue la hecatombe total. Los futbolistas no llevaron a cabo el plan y se desmoronaron sin remedio. La sorpresa fue meter a Mendes cuando en las seis jornadas anteriores solo había contado para calentar banquillo.

Todos en el barco

En definitiva, el mensaje de Vicente Moreno no llegó a calar en el vestuario y los marcadores hicieron el resto. No es el único culpable de que el Almería sea último, sí es el eslabón más débil, el que paga los platos rotos de un pésimo inicio de competición, pero ni la cúpula ni los futbolistas quedan exentos de esta debacle. Moreno podía equivocarse en la alineación o en un cambio, pero ha habido errores individuales impropios de la categoría. Solo el tiempo dirá si era solo un fallo de banquillo o de planificación deportiva.

Un entrenador que ya era consciente en Sevilla de que la llamada del cese podría llegar. Los resultados mandan.