La Cafetería de Primera

Domingo Salmerón Soto es conocido en el mundo del fútbol por sus años de directivo en el Poli Almería y su fidelidad a la Unión desde su nacimiento. Empresario desde su más tierna juventud, el mundo del hormigón ha marcado su vida, pero tener al club de sus amores entre los grandes de España le llevó a emprender una bonita aventura que denominó Cafetería de Primera.

En un lugar próximo a la Estación Intermodal de Almería y siendo un lugar de paso y con fácil aparcamiento, aquello tenía que funcionar... y funcionó.

Estreno

Aquello empezó a velocidad de crucero pero tuvo su día de inauguración y toda Almería se quiso apuntar a una cita donde no faltaron los jugadores del equipo de Emery. Aquel día se dieron la mano aficionados y futbolistas y se vivieron momentos emocionantes para muchos de los invitados, que al entrar se dieron cuenta del decorado a base de imágenes del Almería actual y algunas de la Agrupación Deportiva. La distribución hacía especial y acogedor el escenario para los buenos seguidores.

Los números de asistencia en aquella jornada no los tenemos, pero se vivieron momentos inolvidables con hombres del deporte que pasaron a celebrar la apertura del nuevo ‘templo’ para vivir los partidos de un Almería nuevo entre los grandes de España.

Entre los invitados no podía faltar un Pepe Guijarro que fue gran presidente del Poli Almería y gran amigo de Domingo Salmerón Soto. Disfrutó mucho esa tarde saludando a viejos amigos.

La SER

Salmerón hizo un buen fichaje para proyectar la cafetería a toda la provincia y se llevó ‘SER Deportivos’ a su casa una vez por semana. Por la ‘Cafetería de Primera’ pasaron los futbolistas del Almería y hombres del deporte que salían sorprendidos de la decoración del escenario y de ese ‘no va más’ que buscaba Domingo Salmerón dando un paso más en la hostelería-deportiva, Hasta el vino de Álvaro Negredo se presentó en aquella cafetería de moda.

Partidos

Los encuentros de casa eran aprovechados por  los aficionados sin abono para ir a la ‘Cafetería de Primera’ y los partidos de fuera había que ir temprano para pillar sitio. Las primeras camisetas rojiblancas y las bufandas se volvían protagonistas en un escenario que fue creciendo con el paso de las temporadas.

Fue un tiempo irrepetible para una ciudad que se asomaba a Primera con una cafetería que marcó época.