Borbalán, árbitro las 24 horas

El nuevo jefe de los árbitros de Bulgaria charla con LA VOZ y Cadena SER

David Fernández Borbalán posa la LA VOZ en los exteriores del Estadio de los Juegos Mediterráneos.
David Fernández Borbalán posa la LA VOZ en los exteriores del Estadio de los Juegos Mediterráneos. Rafa Góngora
Rafa Góngora
09:11 • 21 oct. 2023

Un almeriense por el mundo. Casi vive de avión en avión, pero busca un hueco para charlar con LA VOZ y Cadena SER. Casi dos horas hablando de todo. Nos citamos a las 8 al lado del Estadio de los Juegos Mediterráneos. Es el mismo que cuando pitaba en Primera y en Champios; ahora es el jefe de los árbitros de Bulgaria y sigue vinculado a UEFA y FIFA.  

¿Qué tal la experiencia como el nuevo jefe de los árbitros en Bulgaria?.
Muy positiva, aunque también podría decir que llevo dos meses. Solo puedo hablar bien de la acogida que he tenido por parte del equipo que trabaja conmigo y también estoy bastante satisfecho con el rendimiento de los árbitros en el poco tiempo que llevo en Bulgaria.

¿Cuál es su gran objetivo en el fútbol búlgaro?.
El de intentar gestionar y mejorar en la medida de lo posible; no sé el tiempo que estaré, pero el tiempo que esté aportaré todo lo que pueda, que la gente me recuerde con cosas que se hicieron en Bulgaria.





Se lo pensó cuando le llamaron, dio el ‘sí quiero’ al instante, ¿o hubo VAR?.
Me creó mucha expectación y me sentí muy halagado por la oferta, pero hubo que negociar sobre todo el tema de la estancia porque querían que estuviera todo el mes en Bulgaria; fue el único punto de discordia, pero al final hubo un acuerdo entre las dos partes y rápidamente empecé a trabajar.

¿Dónde está su futuro?.
Ahora mismo pasa por Bulgaria, lo tengo claro; no me planteo cosas ni a medio plazo. Estoy muy feliz en Bulgaria, pero sé que será un tiempo determinado, un año, dos... no lo sé, pero siempre lo he dicho que donde mejor me siento, como pez en el agua, es el mundo arbitral. Toda mi energía ahora mismo la tengo en Bulgaria.




Esta será su sexta temporada sin pitar...
Correcto. En el mes de junio del próximo año 2024 hará ya seis años que colgué el silbato en San Mamés, en Bilbao; el tiempo ha pasad muy rápido, pero por otro lado me siento muy feliz porque en ningún momento he estado desconectado del mundo arbitral, que eso también no es fácil. Acabé y hoy sigo vinculado, ahora en Bulgaria; es lo que más me gusta, lo que más aprecio el hecho de no haber desconectado del mundo arbitral después de estar activo.






¿Se siente un afortunado?.
Sí porque el arbitraje es mi pasión y eso en Bulgaria se echan las manos a la cabeza porque empecé con trece a arbitrar con trece años y eso es una de las cosas que quiero cambiar allí porque nos faltan árbitro. Allí se empieza con 16 y quiero cambiar la regulación. Tuve la suerte de empezar en 1986 en la calle Regocijos, donde está el Colegio de Árbitros. Me siento muy feliz porque a día de hoy me siento árbitro y moriré con ese sentimiento de árbitro hasta las trancas como se suele decir.



Se le muy poco por aquí, por su querida tierra.
Así es porque además de la función que hago como presidente de los árbitros en Bulgaria, sigo vinculado como instructor en UEFA y FIFA, y sigo haciendo cosas con estas dos organizaciones en varios países. Combinar todo supone mucho sacrificio familiar y personal; es cierto que me gustaría estar más por Almería, pero siempre llevo a mi ciudad en el corazón y cada vez que estoy en mi tierra siento algo muy especial; Almería se echa mucho de menos.



Sufriendo con el Almería en la zona de descenso...
Cualquier cosa positiva que ocurra en nuestro deporte, me pone, como decía un político, y me da pena ver al Almería en la parte baja de la clasificación. Se ha empezado mal, pero imagino que podrán darle la vuelta a la tortilla y mejorar, seguro.

¿Echa en falta pitar?
¡Esa pregunta es muy buena Rafa! Y me la ha hecho gente muy cercana del arbitraje y sinceramente respondo con un no. Hubiera seguido arbitrando si me lo hubieran ofrecido. Me ofrecieron ser árbitro de VAR, pero yo quería estar en el césped, en el verde, donde me siento bien, pero no podía ser en aquel momento por la reglamentación. La verdad es que no echo en falta pitar porque tuve la suerte de entrar en el CTA, como vicepresidente, donde hice mucha labor de formación y eso me llena mucho, y con  el paso del tiempo me siento muy realizado. En Bulgaria lo que hago es desarrollar, formar... me siento bien, y ese sea tal vez el motivo por el que no echo en falta arbitrar después de la retirada.  



¿Desconecta en algún momento del arbitraje?.
Cuesta trabajo porque cuando no es una cosa, es otra... pero siempre intento cuando estoy en Almería desconectar un poco, pero si hay algo urgente... pero cuando no estoy aquí es imposible desconectar. Siempre hay que hacer cosas.

¿Qué mensaje le mandaría a los árbitros de Almería?.
Son míos... cuando Sergio, el actual delegado me invita, siempre les digo que ese Colegio lo siento como mío en el sentido de que estuve allí desde crío y les hago ver que el arbitraje es algo muy bonito, es una pasión, que lo vivan en el día a día. No solo un árbitro es feliz cuando llega a Primera División, yo era muy feliz en las categorías de abajo, en la Regional Preferente, viajando a Granada, Jaén, Málaga... hay que disfrutar y al mismo tiempo de llegar arriba. Siempre digo, aquí y en Bulgaria, que se sientan árbitros de lunes a viernes y no cuando se viste de árbitro. Tiene que tener un sentimiento, una responsabilidad, todo; es mi mensaje.

Cada vez hay más árbitras.
Tenemos que sentirnos satisfechos, pero hay que pisar más el acelerador porque el desarrollo del fútbol va por delante del arbitraje. Hay que hacer un esfuerzo y buscar cada vez más árbitras, hay que formarlas lo mejor posible para tenerlas pitando a nivel europeo.

¿Ha pensado en el día después de que se acabe todo?.
No me he hecho esa pregunta (risas), vivo el día a día, el presente; me veo que estaré en el arbitraje siempre. Me da igual el cargo, me siento un hombre del arbitraje.

¿Percibe que sus paisanos lo quieren un montón?.
Me siento muy orgulloso. Cuando llegué a Bulgaria recibí mensajes que más de uno me hicieron saltar las lágrimas. Gracias por todo.


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