La cabina

Radiar era jugar al fútbol

Tony Fernández
22:54 • 25 nov. 2023 / actualizado a las 07:57 • 26 nov. 2023

LA HISTORIA: A lo largo de mi carrera en la radio (40 años) he tenido la inmensa fortuna de radiar en todas las categorías de nuestro fútbol y ocupar los mejores escenarios y otros no tan cómodos pero sí muy especiales y que me han dejado huella. Lo pasé mejor en campos de Tercera que en el mismísimo Santiago Bernabéu porque venimos de los campos de tierra y si olvidamos nuestro pasado nos vamos a equivocar severamente. Siempre quise radiar en el Franco Navarro en aquellas cabinas de la Primera División y lo hice pero con equipos de Tercera y Segunda B. Luego me propuse ir al Bernabéu y solo una vez con el Almería en la categoría de plata. El viejo campo de Los Cármenes y el Carranza eran mis templos preferidos pero en mis inicios allá por los primeros años 80 hubo un campo y una cabina de radio que me marcó para siempre.



Sabía de su existencia antes de pisarla por mi compañero de Radio Juventud de Jaén, el mítico Clemente Panadero, que me hablaba de una forma distinta de vivir los partidos justo encima de la línea de cal. Se quedó cortó, la cabina estaba dentro del terreno de juego.



La tarde de mi estreno fue con un Martos-Poli Almería. Había vivido la temporada anterior desde la grada un empate a dos goles que fue impresionante en tarde de fuerte lluvia. Aquel Martos jugó la liguilla de ascenso y el Poli de Meca se quedó.



Situación



Cuando pisé la ciudad de la peña y busqué el campo de fútbol pude comprobar que estaba perfectamente integrado en la ciudad. No parecía del sur ya que tenía cubiertas dos de las cuatro gradas: tribuna y preferencia.



Justo encima de las autoridades estaba una coqueta cabina a la que se accedía por una escalera vertical y con tres o cuatro puestos de narración. Mi compañero Clemente Panadero me cedió su sitio y pude comprobar que se quedó corto cuando elogiaba la cabina.



Narración



El Martos era el Real Madrid de la Tercera con muchos jugadores de Córdoba que les pillaban a un paso. Con grandes entrenadores y una afición que dejaba pequeño el recinto cuando llegaban Real Jaén y Poli Almería que eran de Tercera División, como ellos.


Cuando me senté y pude ver la línea divisoria a mis pies y las porterías equidistantes a ambos lados sentí que estaba jugando al fútbol. Me brotaban las palabras. Aumentaba mi ritmo habitual y reflejaba lo que todo aficionado quiere escuchar por la radio.


Clamor

Tuve la suerte de debutar con un 0-0 en tarde de fuerte lluvia y no hubo gol local porque cada vez que atacaba el Martos la cabina se movía al grito de los aficionados marteños.


Se vivía el fútbol en plenitud y si no radiabas bien es que no tenías sangre en las venas. No creo recordar partidos mejores. Luego repetí con el Mármol Macael y era una delicia.


La relación entre Martos y Almería era feroz en lo competitivo mientras que en lo social las directivas se llevaban fenomenal y los jugadores mantenían buen rollo.


Aquella cabina (si no la han tirado) la deben de conservar como pieza del museo del fútbol que todos llevamos dentro.


Aquella cabina de Martos sacó el locutor que llevaba dentro porque radiaba como cualquier futbolista dentro del campo.


¡Viva Martos! Y mucho Poli.


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