Unai Emery en Localia

La televisión de Almería

Tony Fernández
06:53 • 29 dic. 2023 / actualizado a las 07:06 • 29 dic. 2023

Nacía en el año 2002 y de su final no quiero acordarme por todo lo que significó para el grupo de LA VOZ de Almería y la Cadena SER. Por su plató pasó lo más granado de esta ciudad y los años pasaron volando con una programación propia donde la información y el entretenimiento iban de la mano. Se hacían programas originales. Se trataba de no copiar y se cumplió en su justa medida tirando de los profesionales del grupo.



Sería injusto relatar los protagonistas de aquella televisión porque siempre se quedaría uno. El equipo técnico tuvo mucho que ver en aquella parrilla y los presentadores que venían de la radio y el periódico, dejaron muy alto el pabellón cuando en la capital había otras televisiones bien posicionadas. Aquello funcionó.



Multimedia



Se hizo una inversión sin precedentes y todos pudimos comprobar como tras asimilar el salto a la primera redacción multimedia de España tocaba algo más. Ponerse delante de las cámaras era algo distinto para todos, pero con la ayuda del realizador, Paco Navarro, nos hicimos a la idea hasta llegar a coquetear con el objetivo para conseguir el mejor plano.



Los programas se iban multiplicando en la tarde-noche de emisión en directo, y el entretenimiento competía con el rigor de los informativos.



Tuve la inmensa fortuna de coincidir con Joaquín Jiménez y Rosa Ortíz que me enseñaron mucho. Aprendía cada noche de ellos y no se notó mi novatada. La televisión nos iba entrando por las venas y todos fuimos parte del éxito de Localia. Había en la redacción dos niñas maravillosas como Mar Díez y Noelia Mengíbar que aparecían menos en pantalla y su labor era impecable. Dos soles.



Seat 600



Cuando en la presentación en el Maestro Padilla (donde Javier Romero estuvo magistral) me preguntaron por la televisión, no dudé en utilizar un símil que a día de hoy es válido porque la radio era el fórmula uno, la televisión el seta 600 y el periódico un tractor. Todos llevaban la información a buen puerto pero cada uno a su velocidad. Todos llevábamos mal lo del afeitado diario y el maquillaje obligatorio. No era el tiempo del programa el que nos preocupaba tanto como la preparación y el equipamiento técnico. Unai Emery me confesó que no esperaba una televisión local tan grande. Decían que teníamos más plató que Canal Sur pero eso no esta contractado. El entrenador del Almería se prodigaba por Localia.


El informativo de las diez de la noche se puso líder y el deporte ocupó un destacado lugar, sin olvidar los concursos de Alfredo Casas y el magazine de Diego Bravo con el programa de Pepe Fernández y Martín Martínez que te ‘meabas’ de risa.


Los políticos se abonaron a Localia y los entrenadores del Almería pasaban por ‘Pegados a la Cal’ primero y a ‘La Prórroga’ después. Salir en la nueva televisión se puso de moda y a muchos nos paraban por la calle y nos conocían después de tantos años en la comunicación sin que nadie reparase quién eras. La televisión nos hizo formar parte de los almerienses y eso estaba muy bien porque era audiencia.


Escuela

Salieron grandes realizadores de Localia y muy buenos cámaras y técnicos que hoy se ganan la vida en otras cadenas. Se formaron a un ritmo imparable donde todo salía gracias a una buena organización que llevaba las imágenes de todo lo que pasaba en Almería.


Lo peor de era el horario para los que llegábamos a la redacción de madrugada y terminábamos pasadas las diez de la noche, con una toallita en la mano quitando el maquillaje y ese pintalabios que daba brillo en imagen.


La tensión era grande en el plató de Localia cuando por ‘pinganillo’ te decían que faltaba un minuto. Rosa con el autocue en el pie para lanzar las noticias y el director pegado al cristal controlándolo todo. Si a esto se unía la presencia de público que llegaba para ‘La Prórroga’ te entraba el ‘canguelo’ en el cuerpo y tenías que tirar de tablas para salir adelante.


Había muy buena gente. Ese fue parte del éxito de Localia, sus profesionales, ellos pusieron muy alto el listón y al cabo de dos años todo iba sobre ruedas con un equipo consolidado. Algunos dieron el salto a otras televisiones regionales. Todo bien.


Diversión

Los informativos eran abundantes en imágenes y cada noticia con su ‘cola’, sus ‘totales’, las ‘entradillas’ y un sinfín de denominaciones que nada tenían que ver con el planillo de LA VOZ o la pauta de publicidad de la Cadena SER. Salimos vivos de ello, y lo mejor de todo es que nos lo pasábamos bomba. El punto de encuentro y el mejor lugar para hacer ‘pasillos’ y poner verde al director o al compañero era la sala de maquillaje. Allí, sentados y tumbados se nos abrían los apetitos ‘chismosos’ y tirábamos con bala o munición de fogueo según el objetivo pretendido.


El que esté libre de pecado que tire la primer piedra. Un día me pilló el director (que estaba en el baño contiguo) rajando de él y al salir me invitó a que fuera a su despacho. La que me cayó encima no tiene nombre. Pero luego nos reíamos mucho de nosotros mismos y logramos hacer una gran familia porque el ambiente era sano al querer todos lo mejor para Localia. Esa fue la clave del éxito, íbamos todos a una para que aquello funcionara.


Los egos

Aprendimos a ser conocidos en la ciudad y a consultar los índices de audiencia. A competir con un programa a la misma hora y a soportar la presión de ese ego que se forma cuando te pasan la mano por el lomo dentro y fuera de tu medio.


Cada uno a su manera nos hicimos ‘famosillos’ y nadie llegó a mirar por encima del hombro al compañero. No nos cambió la vida Localia y solo nos hizo mejores profesionales y nos enseñó lo verdes que estábamos porque luego llegó la web de LA VOZ y eso es la velocidad de la luz para as noticias.



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