El mejor Almería tampoco tiene premio. Espectacular partido frente a un aspirante al título de Liga que termina sin goles porque las porterías se le hicieron muy pequeñas a los pupilos de Garitano. En estos casos, con la plantilla última de la fila y camino de un descenso que parece cantado, al que solo le faltaría poner fecha, poco o nada se le puede reprochar a los futbolistas. Si la pelota entra o no depende de cada uno, de la confianza que tenga en ese momento, o incluso la calidad.
El Girona se fue feliz con el punto. El Almería no se sintió inferior en ningún momento y puso en el campo lo que se le exige a cualquier grupo profesional, y es competir, luchar, meter la pierna, atacar, justo lo contrario de la pasada jornada ante Osasuna.
Sorpresa
Garitano volvió a sacar petróleo de un plantel con muchas limitaciones. Puso a Édgar en su verdadera posición; el ex del Betis se siente cómodo teniendo las espaldas cubiertas ya que como central le se ven más sus debilidades. Mientras las fuerzas le aguantaron firmó su mejor compromiso vestido de rojiblanco. Rápido en el corte, sacando el balón con criterio y hasta animándose en ataque. Hasta esta cita solo Lasarte le había colocado ahí.
Del Girona que lleva 49 puntos poco o nada. Se nota que es un equipazo, con futbolistas que van a una velocidad diferente al resto cuando atacan, pero hasta ahí. Maximiano vivió una de las tardes más plácidas. Tan solo se notaba esa diferencia de calidad en las transiciones defensa-ataque. Mientras que a los almerienses les costaba aumentar el ritmo y la velocidad, el Girona sí tenía una marcha más en el tramo final con las internadas de Tsygankov y Sávio en la segunda mitad.
Pero antes de llegar aquí, el conjunto de Garitano desperdició varias oportunidades con Arribas y Édgar como protagonistas. La afición disfrutó de 45 minutos donde las distancias en la tabla no aparecieron.
Superiores
El Almería sale ganador en cualquier análisis: presión, oportunidades, ayudas defensivas, internadas por banda, pero faltó lo que realmente importa y es el resultado final. El ambientazo que se vivió en el Mediterráneo, con el público entregado incluso con su equipo último destacado, merecía el premio de la victoria. La entrada de Luis Suárez al césped fue la explosión, el punto clave que puede hacer reaccionar de verdad a este grupo. Ramazani tuvo la última con un disparo que era más difícil echarlo fuera que meterlo entre palos. Con el pitido de Busquets Ferrer volvió la decepción, esta vez no por falta de actitud o ganas, sino por el marcador final.
Así, sí
La agresividad del Almería no se había visto hasta ahora. Como si los futbolistas se hubiesen olvidado de una vez por todas de la clasificación, de la racha que llega a 20 jornadas sin ganar, porque si hay que bajar solo puede ser de esta manera, ofreciendo a los que pagan su abono un partido así, con valentía, pidiendo el cambio porque no puedes más. La pena es que esta cara positiva llega tarde. El Almería de Pamplona sí es colista; el que arrolla al Girona, no. El triunfo sigue al otro lado de la puerta pero no termina de entrar al vestuario para cambiar ya de una vez por todas una temporada que se hace bola. Eso sí, cabeza alta, chavales.
FICHA TÉCNICA
UD ALMERÍA Maximiano, Akieme, Chumi, César Montes (Kaiky, 82’), Pubill (Ramazani 67’), Robertone, Lopy, Édgar (Pozo, 62’), Embarba (Melero, 67’), Arribas (Luis Suárez, 82’), y Baptistao.
GIRONA Gazzaniga, Miguel Gutiérrez, Blind, Juanpe, Arnau, Aleix García, Yan Couto (Tsygankov, 55’), Iván Martín, Pablo Torre (Jhon Solís, 55’), Valery (Sávio, 64’), y Dovbyk (Stuani, 64’).
ÁRBITRO Busquets Ferrer. Expulsó a Aleix García por agarrar a Gonzalo Melero cuando iba en dirección a portería. Baptistao vio la quinta y no irá al Bernabéu.
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