La baza ganadora de Garitano fue Édgar

Tengo muy claro que el trabajo de un entrenador y su equipo es vital para sacar el mayor rendimiento al plantel de que dispone. Desde el punto de vista práctico, el de los puntos que dan y quitan rey, Garitano no ha mejorado los números de Vicente Moreno y Alberto Lasarte. El primero sumó dos puntos en ocho partidos, el segundo un punto en dos encuentros y Garitano tres en diez duelos. En este apartado el que tiene un mejor rendimiento es el técnico del filial.
    

Pero estos datos estadísticos tienen trampa ya que Vicente Moreno pudo contar en su plantel con dos delanteros, Luis Suárez y Koné; Lasarte ganó un punto gracias a un trío de goles del cafetero y pudo alinear a Koné en San Mamés.
    

La pizarra

Garitano debutaba en la jornada diez visitando al equipo revelación, el Girona. Y lo hizo sin contar con ninguno de sus dos arietes porque estaban lesionados. A partir de este momento el Almería ha tenido que disputar sus encuentros sin delantero centro, algo que está terminante prohibido en la Liga española.
    

Pese a ello con el técnico vasco en la banqueta la Unión ha competido en todos y cada uno de los partidos que ha jugado y ha ido de menos a más. Estaba claro que el rendimiento ofensivo era difícilmente mejorable por falta de efectivos y eso le ha llevado a trabajar lo que era susceptible de perfeccionar, el rendimiento defensivo de los suyos. A base de trabajo, experimentos y conocimientos lo ha logrado plenamente.
    

Pese a tener un calendario aterrador de final de la primera vuelta y comienzo de la segunda el conjunto de Garitano no sólo ha competido sino que acumula tres partidos en casa sin encajar y sumando; fuera ha perdido por la mínima ante Atlético de Madrid, Barcelona y Osasuna, en estos dos últimos duelos perjudicado por las decisiones de los árbitros.
  

La clave

La guinda al pastel que está horneando Garitano la puso el domingo adelantando la posición de Édgar al centro del campo. El sanjuanés estuvo inmenso demostrando que su éxito en el Oviedo jugando como medio centro no fue fruto de la casualidad. Su presencia por delante de los centrales cortocircuitó la conexión entre la medular y los tres puntas del Girona hasta el punto que el líder de la categoría apenas si inquieto a Maximiano.
    

El equipo fue una máquina perfecta de defender y llevar peligro al área rival gracias a la mayor libertad de movimientos que la presencia de Édgar facilitó a Lopy y Robertone. El maestro supo llevar a sus pupilos lo que tenían que poner en práctica y los alumnos la aplicaron sin errores.

Cada día tengo más claro que Garitano es el mejor inquilino que ha tenido el banquillo del Almería desde que tuvimos la fortuna de que Turki llegara a la presidencia.