El subdirector del Diario AS y colaborador de Carrusel Deportivo, El Larguero y El Chiringuito de Jugones, Tomás Roncero, ha escrito su análisis del partido entre Real Madrid y UD Almería que ha finalizado 3-2 en el Santiago Bernabéu con protagonismo especial para Hernández Maeso y Hernández Hernández.Tomás Roncero
-Otra tarde loca. Imaginar un partido del Madrid tranquilo y de trámite es absurdo. Este equipo puede tener un primer tiempo infame, horrible y sonrojante, pero una ‘carlettina’ severa en el descanso y unos cambios acertados dieron pie a una segunda parte enloquecida y apasionante, con bronca, jugadas polémicas y tres goles que mantuvieron a los blancos en las alturas de una Liga que se gana poco a poco con estos puntos de oro. Cuando Carvajal puso su coraje y su firma en el gol de la épica el Bernabéu volvió a sentir esa fuerza de sus famosas remontadas, aumentada sonoramente al estar puesta la cubierta, creando un eco que aumenta el miedo escénico metiendo al público a rematar esos goles que entran con el corazón. El que tiene Carvajal, que con su brazalete de capitán estallando de rabia y orgullo celebró su remate en el segundo palo para culminar una remontada tremenda, salpicada de discusiones de VAR (con ‘v’, no con ‘b’) que darán para muchas charlas en los foros mediáticos pero que, en mi modesta opinión compartida por el maestro Ancelotti, dieron en el clavo al acertar el VAR en las tres llamadas al ‘referee’ de campo. Y no era fácil-.
Tres de tres
-Como dice Ancelotti, entiendo que la buena gente del Almería esté frustrada con el arbitraje, pero no debemos alejarnos de lo fundamental: el VAR acierta en sus tres llamadas a Hernández Maeso. El penalti existe porque Kaiky golpea el balón con el brazo totalmente extendido y cortando el remate de Joselu. En la acción previa al 1-3, Lopy le da un manotazo en la cara a Bellingham antes de que la jugada siga y acabe con el gol del canterano Arribas (un caballero en su ‘no’ celebración). Y falta la del gol de Vinicius, que es con el hombro. Respeto todas las opiniones, pero les aseguro que en anatomía me defiendo. Si usted golpe el balón con su brazo es imposible que la pelota se impulse como un cañón hacia arriba, entrando junto al larguero. Es hombro y por eso Hernández Hernández le avisa a su tocayo para que vea que no se puede peritar como mano al ser un remate legal. Insisto, duele que en tres intervenciones las tres caigan cruz, pero si el VAR acierta no es lógico demonizarlo. Y puestos a malas, no vi tanta beligerancia tras los dos partidos de este curso del Madrid en el Pizjuán y el Villamarín, que dejó de ganar por decisiones de VAR más que discutibles. Con el Madrid es más fácil tirar del topicazo y, además, les aseguro que jamás hemos pagado un euro a nadie de la organización arbitral-.
El portero
-Imposible cerrar el debate de la portería mientras que Lunin y Kepa, Kepa o Lunin, sigan tan irregulares y acumulando actuaciones que no dan margen para dar carpetazo al asunto. Kepa, a los 38 segundos, se comió el gol de Ramazani. Un tiro blando y rodadito, pero Kepa ya se había vencido al suelo y la toca sin energía para sacarla. Por eso, muchos fans me preguntaban tras el partido que cuando vuelve Courtois. Quizás para abril podamos verle de nuevo. Paciencia, amigos-.
Sonrisas sin lágrimas
-En el descanso la grada estaba tocada y dolida con la pobre actitud del equipo ante un gran Almería. Pero su briosa reacción permitió que se fueran a casa felices. Me alegro por mi paisano del Vandecopas, Tito ‘Malmea’, que vino desde Herencia con su hijo. Por la actriz y presentadora de TV Isabel Prinz, que lo vio en la Grada Fans. Y va por Toñín ‘El Torero’, que celebró la remontada desde su retiro hospitalario. Su capote puede con todo-.
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