ANÁLISIS: el fútbol español, dañado en su línea de flotación

El conjunto almeriense, víctima del mayor robo arbitral

Carvajal celebra el gol del 3-2 con el árbitro Hernández Maeso muy cerca
Carvajal celebra el gol del 3-2 con el árbitro Hernández Maeso muy cerca Europa Press
Miguel del Pino
18:08 • 22 ene. 2024

Hoy me tocaría hacer un análisis sosegado del partido, de las virtudes y defectos de los nuestros y de la importancia del resultado. Pero para poder entrar en este terreno tendría que haber habido partido y para mi sólo lo hubo hasta que los Hernández convirtieron lo que estaba siendo un apoteósico encuentro del Almería en un circo encaminado a que el Real Madrid lograra la remontada.
    



Hasta que llegó el penalti maldito señalado por los cuatreros deportivos que el domingo robaron a mano armada al Almería los de Garitano habían confirmado plenamente que su partido frente al Girona no era fruto de la casualidad sino de una mejora corregida y aumentada ante el gigante blanco. Impecables en defensa y certeros en ataque los nuestros, estaba claro que sólo con una ayuda extra los locales podían remontar. Llegó del VAR por partida cuádruple.
    



Balance



Primero por el penalti, después por la anulación del tercer gol indálico por un manotazo de Lopy que no lo fue sino que fue el jugador del Real Madrid que tras perder la partida con el almeriense se lanzó con la cara sobre la mano de Dion, así lo vio el árbitro a un metro de la acción, pero luego le dio pánico y cambió el criterio. Después dio validez al empate logrado por el brazo de Vinicius. Los Hernández completaron su fechoría dejando sin sanción un codazo de Vinicius a Pozo sin estar el balón en juego que fue una agresión en toda regla. Si el Almería denunciara Vinicius, cosa que no se atreverá a hacer, tendría que ser sancionado porque hay unas imágenes de El Golazo de Gol que lo demuestran.
    



La tragedia para el Almería y para el fútbol español que ha quedado dañado para siempre en su linea de flotación con un robo sin igual en ninguna otra liga comenzó con un penalti señalado por el árbitro por manos de Kaiky.



Mateu Lahoz ha comentado respecto a esta jugada: ‘El árbitro de campo debería de haber visto la escena completa y sólo ha visto la última parte. No podemos permitir que el árbitro vaya al VAR , que es una herramienta increíble, y se pierde todo, porque lo que hay no es mano sino falta de Joselu. Ese contacto de Joselu con Kaiky es lo que produce que la mano esté ahí. No debía ser castigada con penalti”.
    



Respecto al gol anulado para Mateu hubo falta de Lopy, pero en el gol de Vinicius I el violento, el 2-2, también lo explica muy bien: ‘En algunas tomas parece hombro y en otras mano. Ante la duda no se debió dar validez al gol”. 
    



Análisis

Como en Almería somos más papistas que el papa y hay mucho madridista metido a encubrir a los ladrones deportivos, si éstos han recaudado para las arcas merengues, quisiera recordarles que la tragedia del Bernabéu está siendo denunciada en España y fuera de nuestras fronteras.


Como muestra algunos de los titulares de periódicos de todos los lugares de nuestra patria, algunos de ellos reproducidos por la web del Almería:
    

-‘El VAR regala la remontada al Real Madrid’.
-¡Vaya robo!    

-‘El Almería, víctima del robo del siglo’.  

-‘Escándalo arbitral en el Bernabéu impidiendo el triunfo del Almería’.
    

Alfredo Relaño en el diario AS, nada dudoso en cuanto a sus preferencias, titulaba: ‘El VAR entró a saco contra el Almería’. Para él los Hernández pifiaron en dos de sus decisiones. Lo que resulta indudable es que eran jugadas más que dudosas, sobre las que hay todo tipo de opiniones y que no concuerdan con el principio de ‘error claro y manifiesto’ que debe presidir las actuaciones del VAR.


Como dato que puede aclarar el demencial comportamiento del Hernández canario en el VAR destacar que a lo largo de la temporada está siendo objeto de un maltrato continuo por parte de la televisión del Real Madrid. Los frutos los recogieron el domingo con el Almería, el último de la fila como víctima propiciatoria.
      


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