Una fractura-luxación en el tobillo derecho allá por el mes de octubre apartó a Ibrahima Koné (24 años), de los terrenos de juego. Ocurrió en el Mali-Uganda y desde entonces no ha vuelto a competir. Pero una vez intervenido en Ripoll y De Prado Sport Clinic Centro de Excelencia FIFA comenzó la cuenta atrás, y ya hace algunos ejercicios con el resto del grupo. Para los aficionados se trata de un jugador al que se le ha visto poco porque apenas acumula 258 minutos en ocho apariciones, dos de ellas en el once titular con Vicente Moreno de entrenador.
El delantero habló para la radio oficial del club y hubo un momento de emoción cuando recordaba todo el calvario que ha pasado hasta volver a pisar un terreno de juego con normalidad. Cuenta Koné que el susto fue tremendo, quizá más por sus seres queridos que por él mismo, además de recordar la sensación que tuvo cuando el tobillo sufrió esa lesión: "Es la primera vez que me lesiono de gravedad en mi carrera y se convirtió en el momento más duro de mi vida. Se me quedó grabado. Cuando caigo al campo veo el pie totalmente girado y cojo la pierna para sujetarla. Recuerdo que sentía como quemazón. Luego pensé en mi mujer, que estaba embarazada, y en mi madre, que estaba viéndolo por la televisión. Pasé mucho miedo".
Muy duro
Una persona tiene que sacar fuerza en situaciones límite y Koné se apoyó en la familia, en el nacimiento de su hija, para recuperar la sonrisa. Fue una apuesta de club, que pagó traspaso al Lorient y sabe que se espera mucho más de él en cuanto coja ritmo de competición: "El nacimiento de mi hija fue increíble, inolvidable, y te da una motivación más para entrenar y volver a competir con el Almería. La gente es amable conmigo y eso es de agradecer. Es una lesión gravísima, fruto del azar. Soy creyente y el fútbol tiene estas cosas, tanto lo bueno como lo mal, pero ahora tengo mi hija, una familia, y es un motivo extra para seguir luchando por mis objetivos y por el club. En mi día a día intento olvidar lo que ocurrió, dejarlo de lado".
Camino largo
El Almería se quedó sin '9' en menos de un mes y Koné tuvo que pasar por quirófano. Lo que peor llevó el internacional por Mali fue el entrar en rutina, no poder ejercitarse con el grupo ni desarrollar su profesión con normalidad. Ahora todo eso forma parte del pasado: "Todo el mundo me ha ayudado mucho en este camino. El idioma ayuda y con los que más hablan francés tienes más relación. Hay momentos en los que psicológicamente te vienes abajo, pero es normal. Luis Suárez se lesionó antes que yo y el Almería se quedó sin delanteros, y eso también es duro porque no puedes ayudar en una situación tan decisiva. Siento mucho que mi compañero también esté de baja porque estaba en un gran momento".
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