El central que no olvida al Almería

El tiempo pasa muy rápido en todos los aspectos de la vida, y en el fútbol no iba a ser menos. Están a punto de cumplirse diez años del estreno goleador en Primera División de un defensa central que no olvida su paso por la UD Almería. Sigue compitiendo, concretamente en el Grupo I de Segunda RFEF. Es Mauro Javier dos Santos (34 años), que comparte vestuario en el Real Avilés con Alberto Martín y el delantero Natalio Lorenzo, que también defendieron la camiseta rojiblanca. 

Esta semana ha sido protagonista en UDA Radio con Carlos Felipe porque el Almería vuelve a San Sebastián para enfrentarse a la Real Sociedad, y es que en aquella Liga 2014-2015 él fue quien marcó el tanto de la victoria rojiblanca en un Anoeta todavía con pistas de atletismo. Fue su primer y único gol en la élite, si bien en el plano colectivo el club no pudo permanecer en Primera y descendió incluso sancionado con tres puntos por el 'Caso Jakobsen', y es que según la justicia Alfonso García no hizo efectivo a tiempo el pago por este jugador al Copenhague. 

Su temporada

Mauro cuenta su experiencia en lo más alto del fútbol: "Es un recuerdo muy bonito que me queda, fue mi único gol en Primera División que además sirvió para ganar. Llegábamos en una situación delicada por los resultados y aunque la Real Sociedad era favorita, nosotros nos llevamos los puntos". Una jugada a balón parado que siempre quedará en su memoria: "Se me pone la piel de gallina recordándolo. No sabía ni cómo celebrarlo. Centró José Verza, que puso la pelota en su sitio y la Real Sociedad marcaba en zona, como nos habían dicho Francisco y Jaime. En el punto de penalti había espacio y nos salió perfecta. Para mí fue bonito y especial".

Descenso

Aquella victoria en la cuarta jornada de Liga no sirvió después para lograr el objetivo. De hecho, hasta Francisco fue cesado y el baile de entrenadores con Juan Ignacio Martínez y Sergi Barjuan no surtieron efecto. Mauro recuerda que los deportistas también sufren con este tipo de situaciones: "Pesa mucho. Todo pasa por el factor psicológico. A los jugadores se nos juzga por muchas cosas pero somos personas. La afición quiere ver a su equipo más arriba, es lógico, pero desde aquí mando mucho cariño a Almería, a su gente, porque es un club grande y va a seguir ahí".

Su casa

El Almería actual ha dado la vuelta a España por sus malos números y una racha sin ganar que se extendió durante 30 jornadas. Hasta algunos compañeros de vestuario en el Real Avilés le han preguntado qué se siente cuando pasan las semanas y no llegan los marcadores esperados: "Tengo casa en Almería y me preguntan en el vestuario cómo viví mi etapa allí. No es nada bonito pasar por la racha del Almería y recuerdo que aquel año 2015 nos tocó descender a Segunda. Al final es un club grande, se demuestra con la gente que va al campo". Solo estuvo ese año y después se marchó al Eibar.

Se quedó maravillado con la forma de entrenar de Francisco: "Son de carne y hueso como nosotros y Francisco era el capitán del barco. Consiguió que fuéramos un equipo de sacrificio y esfuerzo y hace mucho la gestión del grupo. Quizá este tipo de entrenadores se esté perdiendo pero yo lo recuerdo con una sonrisa de aquella Liga en el Almería".

En activo

Llegó a defender incluso al Polideportivo El Ejido pero el balompié le ha llevado al Real Avilés, donde gracias a la confianza de la directiva puede seguir sintiendo la adrenalina de la competición y no se le ha pasado aún por la cabeza colgar las botas: "Vengo de otra generación de fútbol, de sentir la competición a pesar de los años. El cuerpo todavía me lo permite y disfruto en el césped, del día a día en el vestuario. Una vez que termina tu carrera echas de menos todo y por eso sigo dando guerra".