La cabeza en otro sitio

Pepe Mel elogia a sus futbolistas y dice que entrenan como buenos profesionales, mientras que en los partidos no salen las cosas y al equipo se le ve con la cabeza en otro sitio. Faltan ocho encuentros para el final de la temporada y unos con ofertas y otros por no perder dinero tienen la mente puesta en la próxima temporada, por mucho que quiera motivarlos el jefe del vestuario. La cabeza está puesta en otro sitio y se nota en los partidos.

Suele pasar y no es nuevo, ya que los descensos llevan implícitos momentos dolorosos para los profesionales, y el que vive el Almería no encuentra precedentes en la historia de la Primera División. La plantilla es la más cara de todos los tiempos y la pérdida de valor ha sido importante. Jugar en Segunda es menos atractivo y en muchos contratos existe una cláusula de penalización para el futbolista. Contratos de larga duración están en el aire y aquellos que terminarán en 2028 (la mayoría) saben que bajar no te garantiza regresar, y el camino más corto es salir a otra entidad aunque para ello se pierda dinero.

Salida

Lo que queda para el final de la temporada está cantado. Partidos como el vivido ante Osasuna se pueden repetir, ya que los jugadores no encuentran alicientes y la mente no la tienen en un club camino del descenso. No existen posibilidades y la pérdida de la categoría siembra dudas importantes sobre su futuro. A la hora de encontrar una salida solo un cambio de aires parece la solución inmediata. Una llamada de un club de Primera capaz de liberar la situación, con el Almería formando parte de la operación, ya que los rojiblancos son los primeros interesados en bajar la nómina para Segunda, y tendrá que negociar a la baja muchos contratos que no se sostienen.

Seguir en LaLiga es lo que todos esperan porque nadie quiere competir en Segunda perdiendo valor de mercado. Si a esto le unimos que van a cobrar menos dinero por más jornadas de competición, no queda otra.

Valor

El club afronta el retorno a Segunda consciente de que tendrá que dar bajas en su plantilla, desprendiéndose de futbolistas muy válidos por los que llegó a pagar traspaso. Conociendo a Mohamed El Assy las salidas no van a ser fáciles porque deberán de pagar los clubes pretendientes cantidades importantes. Todo se arregla cuando el futbolista quiere jugar en otro equipo. Negociar antes que ver a un futbolista de Primera en la categoría de plata por muy ‘amarrado’ que esté. La pérdida de valor para el club y sus profesionales es gorda.

Nómina

Lo que trae de los nervios a la plantilla rojiblanca es la economía. A todo lo anteriormente expuesto hay que unirle que existen las cláusulas de penalización por descenso. Una bajada de ficha y de nómina importante que a los futbolistas no les gusta, pero no aquí, sino en todo club que pierde la categoría. Les ha costado mucho ser de Primera y para jugar en una Liga tan dura como la que se avecina hay que pensárselo. No solo bajan de categoría sino que también se resiente el sueldo.