El descenso no es una tragedia

Va ser vital acertar en la elección del entrenador

Centelles en el Benito Villamarín.
Centelles en el Benito Villamarín. UD Almería
Miguel del Pino
14:31 • 13 may. 2024

El fútbol es un deporte y la Liga una competición deportiva, la más importante de nuestro país, es por ello por lo que los resultados deben de ser aceptados con deportividad y espíritu de superación por los equipos. El Almería inició la temporada compitiendo con otros 20 equipos en Primera.



Diez de ellos estaban destinados, sorpresas al margen, a luchar por la supervivencia en la categoría sabiendo que tres no la iban a conseguir. La casualidad ha hecho que dos equipos de ciudades vecinas como Almería y Granada estén ya en Segunda a falta de tres jornadas para el final y lo más probable es que el tercer acompañante sea el Cádiz.





Balance



El descenso no puede ni debe ser una tragedia en ningún caso, sino que debe ser aceptado con deportividad porque estaba dentro de lo posible y, sobre todo, con espíritu de superación y de enmienda por parte de todos los que tienen la responsabilidad de conducir la nave rojiblanca.





El espíritu de superación debe llevar a la directiva a buscar el retorno la próxima temporada, pero siendo conscientes de que la misión de volver a la élite será muy complicada. Al respecto quiero recordar que para ascender hubo que esperar tres años tras la llegada de Turki.




En el aspecto deportivo va ser vital acertar en la elección del entrenador y contar con futbolistas que hayan demostrado su valía en Segunda para hacer una mezcla equilibrada de juventud y experiencia. La base debe estar en el actual plantel.


La pizarra

En el aspecto de instalaciones es imprescindible que Mohamed El Assy de marcha atrás y devuelva a los aficionados de fondo la posibilidad de ver los partidos de cerca y no a la distancia kilométrica que lo han tenido que hacer este curso.


Con ello se conseguirá que el Almería se acerque a las condiciones que van a tener todos sus rivales a la hora de competir en casa. Pensar en la anunciada reforma que convertiría el Estadio en el Campo de Fútbol es un sueño que se me antoja demasiado lejano y poco probable. Invito al director general a que vea un partido en fondo y sabrá de lo que hablo.


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