Carboneras despide al inolvidable ‘Pirri’

Manuel Díaz Díaz fue gran futbolista y enorme pescador

Manuel Díaz con su hijo Juan que porta un jamón ganado por ayudar al club.
Manuel Díaz con su hijo Juan que porta un jamón ganado por ayudar al club. La Voz
Tony Fernández
13:44 • 28 sept. 2024

Hoy es un día triste para la villa marinera de Carboneras. Uno de sus hijos ha vestido de luto al mundo del deporte y de la pesca porque Manuel Díaz Díaz era un enamorado del fútbol y un pescador de raza muy querido en el pueblo. Tenía 68 años, mujer e hijos y hasta el último de sus días ha seguido al Carboneras por los campos pese a que nunca quiso ser ni entrenador ni dirigente: solo vestir la camiseta con honor. Era un central contundente en la marca que no se arrugaba por los campos y dejó huella. El apodo le vino del jugador del Real Madrid 'Pirri' y así lo conocían todos a lo largo de su carrera en activo y luego siempre pegado al equipo y ayudando a las directivas y a los nuevos valores de la cantera. "Si falta el fútbol me muero" comentaba entre las personas cercanas cuando se disponía a cantar los goles del Carboneras y a animar al equipo de su vida al que defendió en diferentes etapas en aquellos tiempos donde se jugaba solo por afición y el amor a unos colores.



Manuel Díaz Díaz era pescador de profesión y nunca dejó de mirar a la mar como su esposa Ana y sus hijos Manuel y Juan que salieron a su padre con profundo sentimiento futbolístico y marinero a la vez. Los hombres de la mar le tenían como a uno de los grandes porque a lo largo de su vida siempre estuvo vinculado a la pesca de un pueblo que ha tenido su fuente de vida echando redes por el Mediterráneo. Sabía todo de su profesión y el fútbol le liberaba y lo vivía con enorme pasión.



El futbolista



Cuentan los más viejos del lugar que daba gusto verlo en el campo siendo uno de los que tiraban del equipo. Tenía liderazgo y jugaba de eso que ya no existe: hombre libre. Sacar la pelota jugada pero sin olvidar de defender hasta el límite por esos campos de tierra donde había que ponerlo todo. Contundente en la marca y siempre bien colocado pasaba temporadas enteras sin recibir nada a cambio porque para él defender al Carboneras no tenía precio. Su vida en el mundo del balón estaba condicionada a su profesión y cuando estaba en tierra a entrenar y a jugar para rendir al máximo. Los que le aplaudieron ya le echan de menos porque no salieron muchos centrales en el pueblo de la categoría del 'Pirri'.



El aficionado



Si fue bueno en el terreno de juego fuera de él ayudó siempre para que el fútbol no se perdiera y el Carboneras tuviese un equipo en la provincia de Almería. Ir al campo a animar con un aficionado más ya era su razón de ser porque lo tentaron muchas veces para entrenar y no quiso. Él sabía su lugar en el equipo y ni siquiera entró a formar parte de las directivas porque lo llamaron mil veces y no hubo forma de convencerlo. Sabía donde disfrutaba y vincularse demasiado era restarle a su pasión espacio. No podía animar como lo hacía siendo parte de la directiva y optó por quedarse a un lado pero siempre dispuesto a echar una mano y ayudar al equipo en todo lo que necesitase.



El pescador



Manuel Díaz Díaz conocido en Carboneras como 'Pirri' era pescador y la mar fue su profesión. En casa su mujer y sus hijos siempre esperaban su regreso pero ahora no volverá y se ha marchado muy joven porque 'Pirri' tenía mucho que decir por los campos de Almería y muchos goles que cantar de su equipo. En el entierro se notaba que estaba triste su pueblo porque Carboneras quiere a sus hijos y había perdido a uno de los grandes. Un pescador. Un futbolista. Una buena persona que siempre tenía un buen consejo para los que empezaban en el fútbol ya que él jugaba por amor al arte y defender la camiseta del Carboneras fue lo máximo a lo que quiso aspirar siempre.


Carboneras ha perdido a uno de los grandes.



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