Cuando Mohamed El Assy contactó con Rubi y planificaron la plantilla que lucharía en Segunda División en esta campaña 24/25 se hablaron muchas cosas, pero finalmente se decidió mantener el bloque -como dijo el CEO en la rueda de prensa que dio hace dos semanas-, ya que "todo el mundo se quejaba de que hacíamos 5 o 6 fichajes cada año". En realidad, en el Almería no ficharon y el entrenador aceptó quedarse con la plantilla que venía de un descenso traumático. Hasta con el mercado cerrado tuvieron que traspasar a César Montes al Lokomotiv de Moscú y consiguieron cuadrar también las cuentas del límite salarial.
Tarea
A principios de temporada Rubi le pidió a cada jugador lo que debía hacer y el rol que iba a tener. El catalán confeccionó una plantilla corta con lo que tenía y dejó muy claro que todos iban a tener su oportunidad. Llegó a un vestuario totalmente hundido y dentro de ese hundimiento se encontraba la desesperación de Álex Pozo, al que no le salieron las cosas. El míster confió en él y éste le dio su palabra, por lo que Pozo se volvió a motivar y pese a haber disputado hasta el partido ante el Levante en el Ciutat de Valencia no más de 50 minutos en seis jornadas, se puso el mono de trabajo y volvió a ser el lateral que fue. Incluso con la trágica derrota por 4-2 el sevillano de 25 años siguió en el once titular frente al Burgos.
Día de reivindicación
Le tocaba otra jornada más de titular al lateral que quería demostrar su valía ante todos los 10.391 espectadores que había en los Juegos Mediterráneos y vaya si lo hizo. En general todo el equipo demostró que con ganas, sacrificio y unión entre el público y los jugadores al Almería se le escaparán pocos partidos en casa. Con el 1-0 Arribas cometió un craso error que le costó al Almería estar con uno menos desde el minuto 38 de la primera mitad. Pese a estar uno menos en el campo, el Almería aguantó muy bien el 1-0 y no solamente se encerró atrás, sino que salía a la contra con facilidad. Los cambios de Rachad y Arnau le sentaron muy bien.
Sin errores
En una gran contra del Almería, Pozo realizó una conducción horizontal y sin comerlo ni beberlo se plantó frente al guardameta Cantero y definió con el exterior de la bota al fondo de las mallas. Con ello, Pozo le puso el lazo final a su partido de ensueño, y lo celebró con efusividad en la zona de preferencia. Pozo se señalaba la cabeza dejando claro que aunque las críticas le han afectado no lo han derrumbado y es más, ha sido capaz de resarcirse de su mal momento en el mejor escenario posible, en casa con su gente y pidiendo ayuda..
A Pubill le queda para volver a los terrenos de juego, pero por ahora el Almería está más que bien servido en esta posición con un Álex Pozo en un estado de forma implacable.
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