La canción que lo ha cambiado todo en el Almería. Pequeñas cosas que a veces son muy importantes en la vida y en un vestuario profesional donde hay tantos egos y se viene de un traumático descenso de categoría. El equipo es feliz, se siente ganador, y basta con echar un vistazo a las redes sociales para encontrar los pilares de una nueva y bonita realidad a la que se suman los aficionados rojiblancos.
Sonó el “para bailar La Bamba” después de la remontada con el Granada, un tema histórico que entró en el corazón del grupo en honor a Iddrisu Baba, quizá la persona más querida en la familia liderada por Rubi. Gestos que hace unos meses eran impensables por la falta de resultados y porque cada uno iba por su lado. Faltaba unión.
Liderazgo
Tomó las riendas como psicólogo para luego ser entrenador. Tan difícil vio la situación Rubi que hasta reconoció varias veces que la primera misión una vez firmó por tres temporadas era “hacer vestuario”. Ahora se entiende el mal inicio de Liga con debacles como la del Castellón y Levante. Ni se confiaba ni se había tomado el pulso a una categoría que no perdona.
El técnico pedía a los jugadores que interactuaran, que disfrutaran y se apoyaran entre ellos. Él sabe que aquí y en cualquier otro club siempre va a estar en manos de sus profesionales. Si lograba hacerles creer, la calidad iba salir por defecto.
La cabeza funciona como un reloj y el Almería, que tiene el mejor ataque de Segunda, genera pánico. Ese miedo ya no es rojiblanco como en el inicio del campeonato, con el público yendo al Estadio sin esperanza, sino que cayendo 0-1 con el Granada todos confiaban en la épica. Incluso habiendo perdido, la segunda mitad que firma el equipo es inigualable en la categoría.
Estrella
Luis Suárez se va llevar todo el foco mediático. Lleva 12 goles, es el Pichichi, y se entienden los motivos por los cuáles consideraba que su periplo en Segunda había terminado en 2020 con el Zaragoza: se le queda pequeña. Sin embargo, el Almería tomó una decisión peligrosa en lo deportivo y económico. Apostó por los mismos que ni comparecieron en Primera para que recuperaran el terreno perdido, todo ello con el beneplácito del míster Rubi.
A muchos les costó aceptarlo, tal y como comentó el propio entrenador, porque los Maximiano, Pubill, Lopy, Arribas, Baptistao o el propio Suárez se sienten capacitados para jugar en Primera. El club jugó sus cartas: para irse había que pagar la cláusula o acercarse a ella. Y luego en el mercado (casi), nadie iguala lo que hay ahora mismo aquí.
Fiesta
Llevar al Almería a lo más alto será el mejor escaparate para las estrellas. No interpretarlo como una devaluación, sino un paso atrás para luego dar dos hacia adelante. Con la mítica canción de ‘La Bamba’ el vestuario muestra que todo ha cambiado. Se lo pasan bien, ganan, se ven en ascenso y sienten la camiseta. Todo este círculo empieza y acaba en Rubi. Él dio el paso para hacer el puzle más difícil.
Todo un Granada defendiendo durante 45 minutos. Fue el gran error que cometió frente al Almería, que con el paso de las jornadas mete miedo gracias a su inigualable caudal ofensivo. No es solo que vayan 13 partidos marcando dos o más goles, sino la sensación de que los contrarios asumen que la tormenta va a caer en cualquier momento. Y si encima su delantero se llama Luis Javier Suárez...
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