Pulpop 2015 supera la década con matrícula

La decimoprimera edición del Festival Pulpop, que se celebró en la Plaza de Toros de Roquetas de Mar el sábado 4 de julio, congregó a miles de asistentes que disfrutaron de un cartel con las formaciones más destacables de la escena indie nacional. 

Los jóvenes roqueteros Monte Terror abrieron el cartel pasadas las 20 horas con una actuación con mezcla de rock alternativo y shoegaze.  Aunque el público aún no era tan abundante como a final de la noche, los asistentes dejaron claro que esta banda ha llegado para quedarse.

Nuevos trabajos
A las 21.40 horas, salían al escenario The Ships,  una banda  pop, guitarras y melodías soleadas pertenecientes a un disco que rompe con su trayectoria anterior. “Hemos llegado aquí de una manera un poco rara, intentamos hacer el disco como nosotros lo entendemos”, incluyendo incluso descartes de álbumes anteriores, según confesaron los artistas a los medios de comunicación. “Pensábamos que no iba a llegar a nada pero al final salió y las críticas han sido buenas y estamos yendo a muchos conciertos y festivales”. 

Continuaron los explosivos Sexy Zebras,  rock frenético, crudo, sucio y sudoroso con misivas espontáneas en proceso natural en tránsito con el público, estando “muy consolidades a nivel interno, con el grupo muy fuerte y unido, con este disco por fin hemos conseguido el punto que queríamos con un material grabado”.

Pasajero presentaba su nuevo trabajo “Parque de Atracciones”, mezcolanza de rabia, ruegos cantados desde la indiferencia y miedos cargados de valor. Un concierto dinámico, intenso, sin tiempo para asimilar la gran descarga eléctrica y con una amplitud de sonidos de medios tiempos vertiginosos. “Queríamos contar nuestras inquietudes, hacer cada día mejores temas. Es una etapa distinta, con personas nuevas que aportan cosas distintas a nivel musical, con un mensaje que intentamos hacer acorde a lo que estamos viviendo ahora”.

Pasada la medianoche salía al escenario Arizona Baby, grupo de corte más clásico, de austeridad sonora y filosofía básica, con una firme puesta en escena con su neofolk acústico. Un conglomerado de buenas canciones  y con un directo cautivador y diferente. “En el último disco tenemos más tonalidades, con más teclas, más clásicas. Hemos intentado usar recursos del estudio para darle otra dimensión al disco pero en directo nos interesa no variar el formato y explayarnos en el disco”.

Como broche final a esta gran fiesta salían al escenario Cycle, un artefacto de rock bailable con pegada electrónica, que hizo vibrar a todos asistentes y que convirtió el recinto en una gran pista de baile. Temas “sin presión de la discográfica, es el disco que queríamos hacer”, aseguraron los artistas en la última rueda de prensa.