Majestad, Presidente de Junta de Andalucia, Vicepresidenta del Gobierno de España, Autoridades, representantes de los Círculos de Empresarios, compañeros y amigos, Muchísimas gracias. Gracias por haber pensado en mí para este reconocimiento. Y muchas gracias por acompañarnos hoy, lo que hará este día inolvidable para toda la familia Cosentino, incluyendo a todos nuestros empleados en los cinco continentes.
Es extraordinario para nosotros que el Rey de España presida este acto en mi querida provincia. Ni en los más optimistas de mis sueños de juventud pude imaginar que llegara a ocurrir lo que hoy estoy viviendo. El respaldo que este acto supone para Cosentino y para toda Almería es enorme y nos da mucho ánimo para seguir adelante, aún con más fuerza.
Tengo que reconocer que este premio me hace especial ilusión también porque se otorga por instituciones de lugares muy queridos para mí. Círculo de Economía de Cataluña, tierra donde hemos trabajado mis hermanos y yo y donde Eduardo, el mayor, abrió el camino de la distribución comercial, en 1958, nada menos. Allí se formó profesionalmente mi hermano Pepe en el ámbito financiero para luego aportar su experiencia a Cosentino. De allí son muchos de mis sobrinos, muchos empleados y destacados directivos.
Habéis tenido la amabilidad también de venir desde País Vasco, un lugar muy querido, allí hemos tenido socios y colaboradores de gran lealtad y siempre fuimos muy bien acogidos por la comunidad empresarial.
Y, por supuesto, muchas gracias al Círculo de Empresarios con sede en Madrid, que es mi segunda casa, donde paso ratos de descanso. Sé que los madrileños suelen salir en vacaciones,
buscando el mar o la montaña; yo, al ser de pueblo, voy a la ciudad para cambiar de aires… ya me decían mis padres que me gustaba llevar la contraria. En fin, los andaluces tenemos fama de exagerados pero hoy la exageración viene de diferentes puntos de España con este premio que realmente me abruma.
Ahora muy en serio: vascos, catalanes, castellanos, andaluces, hoy juntos como tantas veces en la historia: qué orgullo y qué emoción.
Bien, Premio a la trayectoria significa, lo sé, que ya no soy un jovencito. Son cincuenta años de empresario, desde mis comienzos en la sierra de Macael hasta hoy. Cuando reflexiono sobre qué ha caracterizado este medio siglo de proyecto personal y profesional, creo que son tres los elementos principales que puedo compartir con la sociedad:
- El primero, como industrial, el poder de la visión a largo plazo y de la reinversión continua. De innovar día tras día, año tras año, para ser mejores y diferentes. Respetar al cliente dándole lo mejor de nosotros mismos, sin escatimar esfuerzos ni recursos. Ser perseverante e intentar sobreponerse a la adversidad; porque la adversidad, queridos amigos, se presenta en la vida, nos guste o no.
- El segundo, como comerciante, la gran apuesta que siempre hicimos por la distribución internacional, por ganar los mercados fuera de nuestro país. Muchos viajes, muchas anécdotas, mucho sacrificio de personas que han puesto su vida al servicio de esta misión común: hacer desde España, desde Andalucía, una empresa líder en su sector. En nuestro caso, creando superficies innovadoras -cocinas, baños, fachadas- para espacios que inspiren a las personas.
- De las personas se trata precisamente el tercer elemento, que es el más importante. Haber sido maestro de escuela creo que me ha servido mucho para dirigir la empresa. Desarrollar a personas que a su vez pudieran liderar a otros. La aptitud, pero sobre todo la actitud de las personas son el motor de cualquier empresa. He tenido la suerte de rodearme de gente de enorme categoría personal y profesional. De todos ellos es este Premio.
Puede que mi trayectoria empresarial esté ya en sus últimos años, pero la empresa continuará, igual que tiene que seguir adelante nuestro país, por encima de personalismos. Y en este punto, quiero compartir también unas sencillas reflexiones para el futuro:
- Me preocupa enormemente el paro juvenil y que no evolucionemos a tiempo la formación profesional y universitaria para hacerla más práctica y orientada al futuro. Si nuestro sistema es demasiado rígido o lento, cambiémoslo. Tenemos la obligación moral de darle su sitio a la actual generación de jóvenes.
- Necesitamos una Administración eficaz y eficiente que tenga normas claras y un funcionamiento ágil, donde se deje a los servidores públicos desarrollar su labor sin recelos; de otro modo, tendremos un problema de competitividad que no nos podemos permitir.
- Es crucial seguir abiertos al mundo. No podemos encerrarnos en nosotros mismos, nuestro futuro depende de nuestra capacidad para conquistar clientes en otros países. Quiero aprovechar para expresar mi admiración por la función representativa que la Corona ejerce y que, especialmente en los últimos años, ha proyectado una imagen brillante de España. Después de tantas décadas de exportación, me consta el enorme respeto que nuestros socios naturales, con el ejemplo paradigmático de Estados Unidos, sienten por nuestra monarquía parlamentaria. Señor, permítame el atrevimiento de subrayar esta laboral y de agradecerla profundamente.
- Tenemos un gran país, con muy buenas infraestructuras pero no siempre bien repartidas. Les debo sinceridad a todos y tengo que decirles que la incomunicación que sufre Almería es inaceptable. Ustedes sabrán lo que les ha costado en tiempo y recursos asistir a este acto en lo que llamamos la isla de Almería. Necesitamos el Corredor Mediterráneo sin más demora, un proyecto que debe unir a andaluces, murcianos, valencianos y catalanes. Un proyecto que es de país y, aún más, de Unión Europea. Un proyecto crucial para acercar personas y productos de forma sostenible.
- Y ese es el último elemento que querría tocar. La sostenibilidad no es una moda, es actuar con ética, de forma responsable, mirando el largo plazo pero también ofreciendo resultados concretos, productos concretos que ayuden a conservar el planeta. Es sentirnos bien con lo que hacemos en un mundo que necesita empresas con conciencia, con alma. Importa lo que hacemos y cómo lo hacemos. Ser sostenible es, en resumen, tener un futuro digno de tal nombre.
En una trayectoria de cincuenta años como empresario, se cometen errores, no todo son aciertos y éxitos. Por ello, mis sinceras disculpas por mis fallos y limitaciones. He reconocido muchas veces que he vivido tres ruinas y que me he caído y me he levantado. Eso sí, puedo decir que hemos intentado en Cosentino seguir una línea -un trayectoria como se premia hoy-
de intentar ser mejores cada día. Y así debemos seguir, humildes hasta el final.
Y hago un ruego, que como sociedad no denostemos al empresario que tiene que volver a empezar, que lo apoyemos en su sufrimiento y en sus remontadas. El empresario debe vivir en armonía con su entorno que, a su vez, debe valorar la iniciativa privada como un activo de la sociedad.
Termino: si consideráis que he contribuido en algo, aunque sea poniendo una pequeña piedra, en la gran obra de una España más moderna, más innovadora, más justa y cohesionada, más abierta y ambiciosa; si eso ha sido así, me alegro de corazón pues esto es lo que al final queda, la esperanza de haber sido una persona útil para los demás.
Muchas gracias.
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