Huécija es el pueblo de perfil más aristócrata y monacal de la comarca, consecuencia de haber sido cabeza y capital de un señorío a lo largo de cuatro siglos. El significado de su topónimo es oscuro como su origen, si es latino o árabe, aunque se constata que en época musulmana era llamado Guacimora, Güecixa y Güécija.
En su nuevo régimen, Huécija se desarrolla con un aumento poblacional y económico, debido a la riqueza que genera el cultivo de la uva de Ohanes, enlazando con el actual siglo para entrar en una época de dificultades e inestabilidad propias de una guerra civil. Huécija apuesta y fomenta su esencia a través de la gastronomía con dos recetas tradicionales: potaje de cuaresma y borrachillos. En definitiva, no deja de lado sus tradiciones de cara al futuro. Todo ello, con vistas a fomentar el turismo rural.
Senderismo
Por ello, apuesta por el senderismo con la Zona recreativa del Alfarax, un espacio recuperado hace pocos años donde existe una gran acumulación de enormes rocas agrupadas; y el Cerro la Cruz, desde donde se obtienen también unas magníficas vistas del Valle del Andarax y los pueblos que se encuentran a su ribera.
Además, posee una amplia arquitectura civil y religiosa como el Castillo de Marchena; el convento de los Agustinos, fundado por doña Teresa Enríquez, esposa de Gutiérrez de Cárdenas y Chacón (Duque de Maqueda) en 1511; la Iglesia de la Anunciación, construida en el siglo XVI de estilo mudéjar aunque tiene muchos añadidos posteriores en diversos estilos como barroco y neoclásico; o la Ermita de la Cruz, situada en lo alto del cerro con el mismo nombre y donde se celebra una romería el día 3 de mayo.
En el ámbito cultural, Huécija continúa la tradición de Las Primeras y las Toreras, un baile típico de la localidad cuya popularidad se inició en el siglo XVIII. Así, el municipio proyecta su futuro explotando al máximo todos los recursos que posee y puede ofrecer a todo el que por allí pase.
Josefina Ramos Vizcaíno: Promotora de Deconature
Deconature nació en el año 2008 en un pequeño pueblo de la Alpujarra Almeriense, Huécija. Los comienzos fueron elaborando artículos de mimbre con las manos, de ahí sus orígenes artesanales que hasta hoy día les ha sabido acompañar en la fabricación de sus productos de iluminación de un modo totalmente artesanal. Desde entonces, están especializados en la fabricación de elementos ornamentales de decoración así como de iluminación pública. La continua innovación, el respeto al cliente y sus necesidades, y un equipo con una alta cualificación, son las claves del éxito de esta empresa.
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