Almócita, referente a nivel nacional con la mejor innovación en sostenibilidad

Almócita, uno de los pueblos más pequeños de Andalucía, está resonando alto por su proyecto como municipio. Un proyecto que apuesta firmemente por un desarrollo sostenible. Y que demuestra que pequeñas personas, haciendo pequeñas cosas, pueden cambiar el mundo.  De hecho, con sus apenas 200 vecinos, esta localidad de La Alpujarra Almeriense ha recibido este 2021 el Primer Premio a la Sostenibilidad para municipios de menos de 5 mil habitantes de la Fundación Nacional de Medio Ambiente, CONAMA.

Este premio reconoce la importante labor que está realizando Almócita por una agricultura agroecológica, que recupera semillas autóctonas e impulsa el consumo de productos saludables y de kilómetro 0, a través de, entre otros proyectos, un huerto y gallinero autogestionado por los propios vecinos, un grupo de consumo y un espacio y actividades de formación en permacultura y bioconstrucción.

Convencidos

Este compromiso con la sostenibilidad se concreta también en una iniciativa pionera. Se trata de la creación de una Comunidad Energética Inteligente propia con la que, a través de más de 100 paneles solares, el municipio se autoabastece ya de energía eléctrica y puede compartirla con sus vecinos, a los que el Ayuntamiento está facilitando la compra e instalación de sus propias placas.

Generar cero residuos orgánicos es otro de los caminos transitado por Almócita. Sus vecinos convierten hasta 20 toneladas al año de residuos, en abono para las huertas y espacios verdes del municipio por medio de varios puntos de compostaje comunales.

Plantar más de mil árboles, frenar la desertificación y convertirse en un sumidero de CO2 está, asimismo, en la agenda de Almócita gracias a su Proyecto Bosque, con el que está creando un verdadero corredor verde en torno a la localidad y se recupera bosque mediterráneo, con la implicación de vecinas y vecinos. Esta apuesta por la sostenibilidad se completa con otras acciones, como la existencia en Almócita de un punto de recarga para vehículos eléctricos o la renovación de todas sus farolas y luminarias por luces LED.

Pero el proyecto de Almócita va más allá. Convierte a sus vecinas y vecinos en protagonistas de su localidad, incentivando una democracia participativa que se concreta en que la toma de las decisiones más importantes para el pueblo se realiza escuchando y consensuándolas con ellos en su Foro Almócita.

La cultura, el crecimiento personal y el bienestar son sello, asimismo, del desarrollo en Almócita. Sus calles están decoradas con pinturas y poesías creadas en sus sendos festivales de “Alma de Almócita”, y su “Noche de Los Candiles” es referente en conciencia ambiental y recuperación de músicas y saberes tradicionales. Dos citas con las que Almócita pone de manifiesto la importancia del arte, la cultura y la conciencia para la evolución individual y social. Algo similar ocurre con AHIMSA, Ecoencuentro y sus Jornadas para unas Relaciones Conscientes. Todo este proyecto es posible gracias a las vecinas y vecinos de Almócita, su compromiso y acogida ayuda a esta forma de vida.

Un lugar donde se unen el ecologismo y la cultura

Almócita es uno de esos lugares que, cuando lo visitas, la sensación inmediata que te produce es la de querer regresar. Es pueblo pequeño, con poquitos habitantes, pero transmite una alegría y un compromiso social absoluto. Han sido capaces de unir el respeto al medio ambiente, con medidas de optimización de recursos y generación de residuos cero, con la cultura.

En Almócita, cada reivindicación, cada proclama, termina encontrando su camino por vías artísticas, muestra de ello es el precioso mural con el que ilustramos esta página.
Lejos de entrar en conflictos, es un lugar especial que te reconcilia con el mundo. Una isla comprometida con causas sociales justas, con un planeta Tierra que emite señales de auxilio acelerado por el cambio climático y, en definitiva, con su población y con el globo terráqueo al completo. Si algo tiene Almócita es que es una lugar pequeño en el mundo, concretamente en la provincia de Almería que pide a gritos mejores comunicaciones, pero, eso no le impide que, con apenas 200 habitantes, manden un mensaje global para un mundo global. Almócita es necesario.