Todo el sabor de Almería en un bar con solera

Muy cerca del estadio del Almería y el barrio de los Molinos, en el polígono de el Ingenio, abre todos los días, desde el desayuno hasta la cena, El Romeral. Un bar que en su momento fue considerado uno de los mejores restaurantes de pescado de la ciudad y que tras varias gerencias y estar un tiempo cerrado, volvió a resplandecer sirviendo menús diarios de la mano de la señora Encarnación.

Hoy, tras la jubilación de Encarna, el restaurante sirve unos 40 menús al día a todos los trabajadores del polígono y vecinos que por allí pasan para disfrutar de su comida. “Estamos implementando la esencia y los sabores del pasado con la restauración y hostelería en la actualidad” señala Jose Benavides, hijo de Encarna. Él tiene una conocida óptica en el Zapillo, la Óptica Benavides, y tuvo claro que el legado de su madre y la historia de El Romeral debía de continuar. “Además de mejorar la carta hemos abierto una terraza, de la que no disponía el bar, y estamos realizando comidas y cenas de empresas con reserva”.

Tradición y producto

Y es que la diversidad y calidad de la carta es algo prioritario. Desde la variedad de arroces en aumento —paellas mixtas, de marisco, arroz negro o arroz caldoso con bogavante—, la barbacoa, los platos tradicionales como el trigo, la berza y los potajes, hasta una selección de producto nacional como carnes, pulpo, calamar y la fritura de pescado almeriense, una buena carta de vinos o postres caseros.

“Buscamos mantener ese punto nostálgico del sabor de Almería con un entorno acogedor y reformado, añadiendo nuevas ofertas de las que antes no disponíamos, como los menús de Navidad”, cuenta Jose, avanzándonos que en un par de días estará todo la información sobre estos menús festivos para familias o empresas llamando al teléfono 950673052.

El Romeral es el destino perfecto para los amantes de la comida tradicional, el producto de calidad y la historia de la ciudad de Almería. Una de esas pocas ventanas, que aún quedan abiertas, y por las que podemos asomarnos al pasado, para recordar cómo fuimos y así saber cómo somos en el presente.