Así
comienza la historia del Bar El Peseta, el
establecimiento de tapas más famoso de Roquetas de Mar,
un lugar que ha trascendido generaciones y se ha ganado un lugar en
el corazón de todos los que han tenido la oportunidad de saborear
sus delicias. Luis Martín Gallardo, conocido en su
pueblo como “El Peseta”, ha estado al frente del
negocio más de 30 años, y con 71 años, su pasión por la
hostelería sigue intacta. Hoy, el local sigue siendo un emblema de
la ciudad de Roquetas, un sitio donde las tapas tienen ese sabor a
siempre que nunca se olvida.
Durante la temporada de verano, El Peseta se
convierte en un hervidero de gente. Las colas dan la vuelta a la
manzana, un signo inequívoco de la popularidad de este lugar que no
solo es visitado por los roqueteros, sino también por los turistas
que pasan por la localidad. Todos quieren probar su famosa fritura
de pescado, que ha conquistado el paladar de quienes han
tenido el privilegio de degustarla. “Aquí el que antes llega, se
sienta”, dice la nuera de Luis que ahora está al frente del local.
Y aunque no aceptan reservas, sus dueños aseguran que nadie
se queda sin comer.
“Aunque tengamos que cerrar la cocina
a las cinco de la tarde, damos de comer a todos los que están en la
cola”, asegura la hostelera con una sonrisa que refleja la pasión
y el cariño por su trabajo.
¿De dónde viene ese mote?
El apodo de “El Peseta” tiene una historia
entrañable. Luis recuerda entre risas cómo, le bautizaron con ese
apodo. “Yo tendría solo 5 años, y a las 10 de la mañana se
repartía todo el pescado en la Lonja. Cuando sobraba algún
pescaillo, yo decía ‘dame una peseta, dame una peseta’. Y con el
tiempo, me quedé con ‘El Peseta’”, relataba.
Así, el bar que originariamente se llamaba “Bar El
Puerto”, no tuvo manera de evitar que el apodo de la
familia se convirtiera en el nombre del lugar. “Al principio no
quería que a mi hijo le llamaran también ‘El Peseta’, pero ya
sabes cómo es esto, al final el nombre se queda”, recuerda Luis
entre risas. Hoy en día, hasta su nieto de 19 años, José
Miguel Martín, es conocido como “el pesetilla”.
El legado continúa
Luis Martín Gallardo no es solo el fundador del bar; es un hombre
que ha transmitido su amor por la hostelería a su familia. “Mis
hijos han nacido aquí en el bar y mis nietos. Aunque algunos han
estudiado y se han dedicado a otras cosas, uno de mis hijos y mi
nuera, Manoli han cogido el relevo, y me siento muy feliz de que lo hagan.
¿Quién mejor que ellos?”, afirma con orgullo.
Para el
más joven de la familia, José Miguel, continuar
con el legado familiar es algo muy especial. “Para mí es muy
grande continuar el legado de mi abuelo. Llevar El Peseta no es
llevar cualquier bar de Almería. Se trabaja mucho, pero sientes una
gran satisfacción por el bar que es”, comenta el joven con una
sonrisa llena de responsabilidad y emoción.
Luis, con humildad, asegura que su hijo, su nuera y su nieto lo
llevan aún mejor que él. “Ellos son aún más trabajadores y lo
llevan aún mejor porque son jóvenes”, dice Luis, destacando la
evolución y el crecimiento del negocio, que sigue siendo un
referente en Roquetas de Mar.
El secreto de su éxito: tapas tradicionales y un toque
innovador
El secreto del éxito de El Peseta está en sus
tapas “de toda la vida”, esas que se han convertido en un sello
de la casa. Luis destaca especialmente el pescado seco que preparan
ellos mismos, y las tapas de pescado a la plancha. Pero en los
últimos años, han innovado, añadiendo nuevas opciones como la
brocheta de rape y la fritura de pescado,
esta última se ganó el segundo lugar en la última ruta de la tapa
de Roquetas. “La fritura de pescado, que la llamamos ‘friturilla’,
ha sido un éxito total. Llegamos a vender más de 1.000 tapas en
solo una semana”, cuenta Luis con una risa que contagia. Y es que,
como recuerda el equipo de El Peseta, tuvieron que pedir nuevas
cartillas al Ayuntamiento porque no les quedaban suficientes. “Nos
dijeron que ya no tenían más, que no podían darnos tantas, ¡fue
una locura!”, recuerdan entre risas.
El Peseta: un emblema de Roquetas de Mar
El Peseta no siempre fue lo que es hoy. Luis ha sido un hombre que
ha sabido reinventarse y adaptarse a los tiempos. Comenzó en el
negocio familiar de pesca, luego trabajó como repartidor de butano,
pero a los 33 años, decidió abrir el bar tras enfrentar algunos
problemas de salud. Al principio, el bar era solo un lugar donde la
gente jugaba a las cartas o al dominó. "Abríamos a las 5 de la
mañana y la gente venía a jugar. Después me di cuenta de que, al
mediodía, todos se iban a otros bares con la familia. Ahí me di
cuenta de que tenía que centrarme en los almuerzos", cuenta
Luis, siempre atento a lo que la clientela necesitaba.
Hoy en día, El Peseta es un emblema de Roquetas
de Mar, un bar que no solo visitan los vecinos, sino que es un lugar
de parada obligatoria para quienes pasan por la ciudad del Poniente
Almeriense. “Nos conocen hasta en el extranjero”, asegura Luis
con orgullo. Además, su amor por el fútbol es bien conocido. En el
bar, se pueden ver fotos con grandes figuras del fútbol, como
Marcelo o Florentino Pérez. “Hemos tenido a grandes jugadores,
entrenadores, y a muchos conocidos del fútbol, tanto de Almería
como de fuera”, dice Luis. Casi como si de un altar se tratase la
barra del bar está coronada con de recuerdos y fotografías que,
para él, son tesoros personales.
Luis y su esposa, Isabel Pomares, también
recuerdan con cariño momentos únicos, como cuando en 2001
repartieron 4.500 millones de pesetas en un cuarto premio de la Lotería
de Navidad. “Vinieron todas las televisiones y los periódicos, fue
algo increíble. Nunca lo olvidaremos”, dice Isabel. También
recuerdan el día en que, durante el tradicional Día de las Moragas
de Roquetas de Mar, metieron una burra dentro del bar. “Vinieron
todos vestidos con pelucas y cantaron villancicos. Fue una de las
anécdotas más divertidas”, recuerda Luis.
Aunque ahora los hosteleros cierran por Navidad, desde el 22 de
diciembre hasta mediados de enero disfrutan de un merecido descanso
en familia. “Es un bar familiar, y así lo hacemos sentir a
nuestros clientes, como si fueran parte de la familia”, concluye
Luis con una sonrisa.
El Peseta es más que un lugar donde comer. Es un
pedazo de historia, un trozo de la vida de Roquetas de Mar, que ha
sabido mantenerse fiel a sus orígenes mientras se adapta a los
tiempos. La familia Martín Pomares ha sabido transmitir ese amor por
el trabajo bien hecho, por la comida de calidad y por el trato
cercano que convierte a este bar en un emblema roquetero.
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