Más de 30 años de historia y tapas: “El Peseta, un emblema roquetero”

La friturilla, la brocheta y el pescado seco son las grandes estrellas de este bar

Marina Ginés
09:29 • 19 dic. 2024

Así comienza la historia del Bar El Peseta, el establecimiento de tapas más famoso de Roquetas de Mar, un lugar que ha trascendido generaciones y se ha ganado un lugar en el corazón de todos los que han tenido la oportunidad de saborear sus delicias. Luis Martín Gallardo, conocido en su pueblo como “El Peseta”, ha estado al frente del negocio más de 30 años, y con 71 años, su pasión por la hostelería sigue intacta. Hoy, el local sigue siendo un emblema de la ciudad de Roquetas, un sitio donde las tapas tienen ese sabor a siempre que nunca se olvida.

Durante la temporada de verano, El Peseta se convierte en un hervidero de gente. Las colas dan la vuelta a la manzana, un signo inequívoco de la popularidad de este lugar que no solo es visitado por los roqueteros, sino también por los turistas que pasan por la localidad. Todos quieren probar su famosa fritura de pescado, que ha conquistado el paladar de quienes han tenido el privilegio de degustarla. “Aquí el que antes llega, se sienta”, dice la nuera de Luis que ahora está al frente del local. Y aunque no aceptan reservas, sus dueños aseguran que nadie se queda sin comer.

“Aunque tengamos que cerrar la cocina a las cinco de la tarde, damos de comer a todos los que están en la cola”, asegura la hostelera con una sonrisa que refleja la pasión y el cariño por su trabajo.

¿De dónde viene ese mote?



El apodo de “El Peseta” tiene una historia entrañable. Luis recuerda entre risas cómo, le bautizaron con ese apodo. “Yo tendría solo 5 años, y a las 10 de la mañana se repartía todo el pescado en la Lonja. Cuando sobraba algún pescaillo, yo decía ‘dame una peseta, dame una peseta’. Y con el tiempo, me quedé con ‘El Peseta’”, relataba.

Así, el bar que originariamente se llamaba “Bar El Puerto”, no tuvo manera de evitar que el apodo de la familia se convirtiera en el nombre del lugar. “Al principio no quería que a mi hijo le llamaran también ‘El Peseta’, pero ya sabes cómo es esto, al final el nombre se queda”, recuerda Luis entre risas. Hoy en día, hasta su nieto de 19 años, José Miguel Martín, es conocido como “el pesetilla”.

El legado continúa
Luis Martín Gallardo no es solo el fundador del bar; es un hombre que ha transmitido su amor por la hostelería a su familia. “Mis hijos han nacido aquí en el bar y mis nietos. Aunque algunos han estudiado y se han dedicado a otras cosas, uno de mis hijos y mi nuera, Manoli han cogido el relevo, y me siento muy feliz de que lo hagan. ¿Quién mejor que ellos?”, afirma con orgullo.

Para el más joven de la familia, José Miguel, continuar con el legado familiar es algo muy especial. “Para mí es muy grande continuar el legado de mi abuelo. Llevar El Peseta no es llevar cualquier bar de Almería. Se trabaja mucho, pero sientes una gran satisfacción por el bar que es”, comenta el joven con una sonrisa llena de responsabilidad y emoción.

Luis, con humildad, asegura que su hijo, su nuera y su nieto lo llevan aún mejor que él. “Ellos son aún más trabajadores y lo llevan aún mejor porque son jóvenes”, dice Luis, destacando la evolución y el crecimiento del negocio, que sigue siendo un referente en Roquetas de Mar.

El secreto de su éxito: tapas tradicionales y un toque innovador



El secreto del éxito de El Peseta está en sus tapas “de toda la vida”, esas que se han convertido en un sello de la casa. Luis destaca especialmente el pescado seco que preparan ellos mismos, y las tapas de pescado a la plancha. Pero en los últimos años, han innovado, añadiendo nuevas opciones como la brocheta de rape y la fritura de pescado, esta última se ganó el segundo lugar en la última ruta de la tapa de Roquetas. “La fritura de pescado, que la llamamos ‘friturilla’, ha sido un éxito total. Llegamos a vender más de 1.000 tapas en solo una semana”, cuenta Luis con una risa que contagia. Y es que, como recuerda el equipo de El Peseta, tuvieron que pedir nuevas cartillas al Ayuntamiento porque no les quedaban suficientes. “Nos dijeron que ya no tenían más, que no podían darnos tantas, ¡fue una locura!”, recuerdan entre risas.

El Peseta: un emblema de Roquetas de Mar
El Peseta no siempre fue lo que es hoy. Luis ha sido un hombre que ha sabido reinventarse y adaptarse a los tiempos. Comenzó en el negocio familiar de pesca, luego trabajó como repartidor de butano, pero a los 33 años, decidió abrir el bar tras enfrentar algunos problemas de salud. Al principio, el bar era solo un lugar donde la gente jugaba a las cartas o al dominó. "Abríamos a las 5 de la mañana y la gente venía a jugar. Después me di cuenta de que, al mediodía, todos se iban a otros bares con la familia. Ahí me di cuenta de que tenía que centrarme en los almuerzos", cuenta Luis, siempre atento a lo que la clientela necesitaba.

Hoy en día, El Peseta es un emblema de Roquetas de Mar, un bar que no solo visitan los vecinos, sino que es un lugar de parada obligatoria para quienes pasan por la ciudad del Poniente Almeriense. “Nos conocen hasta en el extranjero”, asegura Luis con orgullo. Además, su amor por el fútbol es bien conocido. En el bar, se pueden ver fotos con grandes figuras del fútbol, como Marcelo o Florentino Pérez. “Hemos tenido a grandes jugadores, entrenadores, y a muchos conocidos del fútbol, tanto de Almería como de fuera”, dice Luis. Casi como si de un altar se tratase la barra del bar está coronada con de recuerdos y fotografías que, para él, son tesoros personales.

Luis y su esposa, Isabel Pomares, también recuerdan con cariño momentos únicos, como cuando en 2001 repartieron 4.500 millones de pesetas en un cuarto premio de la Lotería de Navidad. “Vinieron todas las televisiones y los periódicos, fue algo increíble. Nunca lo olvidaremos”, dice Isabel. También recuerdan el día en que, durante el tradicional Día de las Moragas de Roquetas de Mar, metieron una burra dentro del bar. “Vinieron todos vestidos con pelucas y cantaron villancicos. Fue una de las anécdotas más divertidas”, recuerda Luis.

Aunque ahora los hosteleros cierran por Navidad, desde el 22 de diciembre hasta mediados de enero disfrutan de un merecido descanso en familia. “Es un bar familiar, y así lo hacemos sentir a nuestros clientes, como si fueran parte de la familia”, concluye Luis con una sonrisa.

El Peseta es más que un lugar donde comer. Es un pedazo de historia, un trozo de la vida de Roquetas de Mar, que ha sabido mantenerse fiel a sus orígenes mientras se adapta a los tiempos. La familia Martín Pomares ha sabido transmitir ese amor por el trabajo bien hecho, por la comida de calidad y por el trato cercano que convierte a este bar en un emblema roquetero.








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