Almería ofrece un plan para cada viajero y una solución para cada expectativa, sea cual sea. La provincia cuenta con atractivos para cada tipo de visitante y ni mucho menos solo para aquellos que van buscando su sol y sus fabulosas playas. Lejos de un turismo estático, en el interior de la provincia son múltiples las actividades que pueden realizarse en cualquier momento del año, en pleno contacto con la naturaleza y transitando por parajes únicos, desde bosques de castaños centenarios hasta picos de alta montaña, senderos entre acequias o rutas de BTT por un desierto de película. Sierra Nevada y su guardiana, La Alpujarra; Los Filabres; Sierra Alhamilla; la Sierra de Gádor; María-Los Vélez; Sierra Cabrera… ofrecen sus senderos, bosques y parajes naturales para aquellos viajeros, practicantes convencidos del turismo activo, que lo último que quieren es que la Almería que hay en ellos esté únicamente tumbada en la arena.
Las incontables posibilidades de Sierra Nevada
La parte almeriense de la imponente Sierra Nevada lo tiene todo para una escapada o unas vacaciones de turismo cien por cien activo y plenamente rural, ya que pueden practicarse una gran variedad de modalidades deportivas, en cualquier época del año. Si es invierno, con el atractivo añadido de la nieve y todas las posibilidades que ofrece el manto blanco. Es en esta zona donde encontramos los picos más altos de Almería, con el Chullo como gran monarca gracias a sus 2.612 metros sobre el nivel del mar. Ascender a la cumbre de Almería es casi una obligación para senderistas y amantes de la montaña y un reto que, además, no presenta especial dificultad técnica.
El senderismo es una de las actividades estrellas a lo largo de toda la cara Norte de Sierra Nevada, que alberga algunas de las rutas más conocidas y recorridas de la provincia, con distintos niveles de dificultad. Varias, como las de la Hidroeléctrica o Monterrey por poner dos ejemplos, tienen como punto de partida Laujar de Andarax, bonita e histórica localidad que toma su nombre del río que justamente nace del deshielo penibético, para terminar desembocando en el mar por la capital después de serpentear entre pueblos con encanto y unirse con el río Nacimiento en el pueblo de Terque. Es este uno de los pequeños y coquetos pueblos alpujarreños que van salpicando el paisaje con sus casas encaladas y sus pintorescas chimeneas humeantes. Son más de una veintena y todos cuentan con un atractivo estético y etnográfico muy especial.
Paterna del Río es uno de los más pequeños y alberga, en cambio, un enorme bosque de castaños centenarios, de los más profusos de Andalucía, que además forma parte de un fantástico recorrido para senderistas: la Ruta del Agua.
Y no muy lejos de allí se encuentra el pueblo a mayor altitud de la provincia, Bayárcal, que se erige a 1.258 metros sobre el nivel del mar y ofrece una instalación única en la provincia y entre las más espectaculares de todo el país para los amantes de la adrenalina: la Tirolina de Bayárcal, que desde que fue inaugurada atrae a numerosos intrépidos de todas las edades dispuestos a dejarse deslizar por el cable de 620 metros de longitud que cruza por encima de un bonito valle. La zona está además habilitada como área recreativa y es ideal para disfrutarla con niños, y se pueden realizar numerosas actividades más de aventura.
Las dos Vías Verdes de Almería
La importancia del ferrocarril relacionado con el auge de la minería ha permitido, tiempo después, que Almería cuente con dos rutas, denominadas Vías Verdes, que suponen una opción magnífica para senderistas que además buscan empaparse justamente de ese pasado minero, no tan lejano, en el interior de la provincia. El Camino Natural Vía Verde del Almanzora Tramo del Hierro es un antiguo trazado en desuso del ferrocarril Guadix-Almendricos que data de 1894, a su paso por el término municipal de Serón, acondicionado actualmente como itinerario no motorizado para ser recorrido a pie, en bicicleta o a caballo. La Vía Verde del Hierro constituye un medio atractivo y sostenible para que los visitantes disfruten del espacio natural, favoreciendo la recuperación de una parte importante del patrimonio almeriense, vestigio de la actividad minera. Cuenta con un recorrido de 11,8 kilómetros con pendiente mínima, y a su paso se encuentran tres antiguos cargaderos de mineral de hierro abandonados así como antiguas dependencias ferroviarias rehabilitadas para la instalación de servicios complementarios.
Similares características y belleza presenta la Vía Verde de Lucainena de las Torres, que aprovecha un tramo del ferrocarril que unía esta bella localidad con el núcleo costero de Agua Amarga, en pleno Parque Natural cabo de Gata-Níjar. Del antiguo tren minero entre ambas poblaciones se ha heredado uno de los itinerarios más auténticos por el interior almeriense. Su longitud es de 15,5 kilómetros, se puede recorrer igualmente en bici, a caballo o a pie y es plenamente accesible para personas con dificultades de movilidad. Está en proyecto, además, poder ampliarla para cubrir todo el recorrido que realizaba el tren hasta llegar al mar.
En bici por el desierto y su entorno
Y los amantes del ciclismo, tanto de carretera como de montaña, encuentran en Almería un verdadero paraíso donde dar rienda suelta a su afición, con posibilidades casi infinitas de recorridos y dureza de los mismos. Los profusos parajes naturales y montañosos con los que cuenta la provincia permiten que los practicantes de mountain bike tengan muchísimo donde elegir, y lo mismo sucede para la bici de carretera. Son especialmente conocidas por los ciclistas las subidas a Calar Alto o a Velefique, ambas en la Sierra de los Filabres y habituales protagonistas en la Vuelta Ciclista a España, aunque son casi infinitas las posibilidades y los tramos atractivos en todas las comarcas almerienses.
Y no en todos los lugares se pueden realizar rutas de bici de montaña a través de un desierto o en su entorno, algo que se puede hacer en Almería recorriendo el renombrado y único Desierto de Tabernas, una amplia extensión de terreno que ofrece múltiples posibilidades a los ‘bikers’ más intrépidos. La denominada Ruta del Desierto es la más conocida. Lo atraviesa a través de ramblas y pistas de tierra, discurriendo entre sus numerosos lomas y cerros, con el emblemático Pico Alfaro siempre presente como vigía, y cuenta, eso sí, con algunos tramos muy técnicos, en los que los menos expertos deberán echar pie a tierra. Se puede partir desde la capital (en total 69 kilómetros incluida la vuelta) o acortar la ruta iniciándola en Rioja, y acumula 1.500 metros positivos de desnivel.
Recorrer el entorno del desierto es también posible en bicicleta convencional o de carretera y permite visitar parajes de gran belleza. Para ello, entre otras existen dos rutas muy clásicas para los ciclistas: la Tabernas-Peñón de Turrillas-Lucainena de las Torres-Tabernas, de 52 kilómetros de longitud, que es mucho más asequible que la anterior, con subida hasta los 900 metros y 625 de desnivel positivo acumulado. La segunda de estas rutas permite a los corredores sentirse profesionales en plena Vuelta a España, ya que asciende al puerto de categoría especial de Calar Alto. Se trata del recorrido Gérgal-Calar Alto-Aulago-Gérgal, de 58 kilómetros y 1.500 de desnivel acumulado. Permitirá a los ciclistas ascender a más de 2.200 metros, justo donde se encuentra el observatorio astronómico.
¿Y visitar y conocer todos los Monumentos Naturales de Almería?
Resulta un plan magnífico para los viajeros que quieren conocer bien los principales encantos naturales de Almería hacer un recorrido por todos los Monumentos Naturales de Andalucía con los que cuenta la provincia, un total de 11. Se trata de espacios o elementos de la naturaleza constituidos básicamente por formaciones de tal singularidad, rareza o belleza, que merecen ser objeto de protección especial. Lo mejor de todo es que hay una gran variedad, lo que permite al visitante practicar distintas modalidades deportivas para alcanzarlas y conocerlas, tanto en tierra como en el mar, ya que para llegar a algunas será necesario bucear o navegar, mientras que otras se alcanzarán a través de rutas senderistas con distintos grados de dificultad, e incluso otras requerirán que nos introduzcamos en las entrañas de la tierra.
Comenzando por esto último, la más reciente en incorporarse al catálogo ha sido la Geoda gigante de Pulpí una maravilla de la naturaleza que pasa por ser la geoda visitable más imponente del mundo. Y sin abandonar el atractivo geológico, igualmente atractiva es la visita a la Cueva de Ambrosio (Vélez-Blanco), que guarda pinturas rupestres de la Prehistoria. Si queremos exigencia física senderista deberemos subir al Peñón de Bernal (Vícar) o a Piedra Lobera (Lúcar), y también podremos buscar los extraordinarios árboles que forman parte de este catálogo de lugares de lujo: las Encinas Milenarias de La Peana (considerado el árbol más grande de Andalucía) y el Marchal del Abogado, en Serón; o la imponente Sabina Albar de Chirivel. Si no queremos nadar, deberemos tomar una pequeña embarcación para alcanzar la Isla de San Andrés (Carboneras) y las islas Negra y de Terreros (Pulpí), aunque no podremos evitar mojarnos para contemplar de cerca el Arrecife Barrera de Posidonia de Roquetas de Mar, al que solo podremos acceder buceando. Y el agua, igualmente, está muy presente en otro paraje almeriense de ensueño, aunque en este caso fluvial, y que igualmente es de visita obligada para los amantes de la naturaleza y el turismo activo: las Canales de Padules, un extraordinario cañón formado por el río Andarax, con numerosas pozas para disfrutar del agua pura procedente de Sierra Nevada.
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