El paradigma de la resiliencia turística se llama Níjar

Nunca un término extraño al uso coloquial del lenguaje había irrumpido con tanta fuerza como el término resiliencia, pero llegó para quedarse con el plan del Gobierno de España y Unión Europea para superar los efectos de una pandemia que obligó al mundo a parar y pensarse muy bien cómo recomenzar a escribir su historia. Y antes de todo ello, en el brazo ejecutor del turismo nijareño ese término llevaba años tatuado, porque es ni más ni menos que la base de un modelo de políticas en el que la administración no camina sola, sino que cogobierna con los actores del sector. El plan, un futuro que, ni más ni menos, está diseñado bajo el foco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó en 2015.

Cualquiera de las dos afecciones que el diccionario de la lengua de la Real Academia Española otorga al término: Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos, o capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido, son aplicables al ejemplo. Níjar se ha adaptado al éxito, al efecto llamada del Parque Natural de Cabo de Gata Níjar, del que alberga más del 60% de su extensión y la práctica totalidad de las zonas habitadas, pero al mismo tiempo ha rehecho su enfoque ya no para conservar el espacio, sino para recuperarlo de los efectos causados por años sin un plan claro de actuación.

Objetivo

“Tenemos la enorme suerte de que el principal defensor del parque es el propio nijareño, y es la gente de aquí la que ha puesto barreras, la que no ha permitido que se desvirtuase un territorio que consideramos como un legado que se nos presta. Y se nos presta para entregarlo a nuevas generaciones en las mismas o mejores condiciones que nos fue entregado. Nuestro objetivo, nuestra determinación es, claramente, hacer ese traspaso futuro en mejores condiciones”, afirma la alcaldesa de Níjar, Esperanza Pérez Felices.

Para ejecutar ese plan de conservación el Ayuntamiento de Níjar ha planteado un modelo turístico gestionado desde la cogobernanza con el sector empresarial de la comarca, agrupado en este caso en la Asociación de Empresario del Parque Natural.

“Nosotros como Ayuntamiento queremos exactamente lo mismo que ellos, es decir, un sector turístico fuerte y comprometido con su entorno, porque el objetivo de todos es romper la estacionalidad, sacarle el mayor partido posible y responsablemente a ese hecho diferencial que nos aporta la climatología de Níjar, unida a un Parque Natural de Cabo de Gata Níjar. Si a esto le unimos que puede producirse una retroalimentación constante entre nuestros dos principales sectores económicos, turismo y agricultura, tenemos un campo de acción amplísimo y apasionante. La horticultura es el mejor expositor en el extranjero de nuestra climatología y el sector turístico es, a su vez, el mayor escaparate que pueden tener nuestras frutas y hortalizas cultivadas en el entorno de un Parque Natural, porque es aquí donde la magia de la gastronomía local mezcla los sabores con sensaciones, esas que generan recuerdos inolvidables que evocamos cada vez que consumimos un producto, un plato típico de un lugar determinado”, explica la primera edil.

SICTED

En la Comarca de Níjar la apuesta ha sido por SICTED, una metodología que proporciona un sistema integral y permanente de gestión de la calidad del destino turístico. Son 39 empresas las que cuentan con un sello de calidad que acredita el cumplimiento de los requisitos fijados. Es un reconocimiento al esfuerzo y compromiso con la calidad y la mejora continua.