Verdadero ejemplo de resistencia

La situación de los regantes en la zona del Valle del Almanzora sigue siendo muy preocupante y ello porque el trasvase Negratín-Almanzora que sirve agua a sus explotaciones lleva cortado tres años. El caudal que llega habitualmente del embalse del Negratín actualmente es nulo, debido a que se encuentra por debajo del nivel mínimo para que pueda realizarse el aporte, la situación podría mejorar si la primavera fuera lluviosa en la cuenca del Guadalquivir. Tampoco pueden contar con el agua desalada de la planta de Villaricos (Bajo Almanzora I), que lleva más de una década sin actividad. Sin duda, los regantes de esta zona, la más castigada de la provincia de Almería en cuanto a recursos hídricos a su disposición, son todo un ejemplo de resistencia y eficiencia, al sacar el máximo rendimiento posible a tan precaria situación. 

Nuevas actuaciones 

Los regantes tienen esperanzas en tres actuaciones que van a requerir de una importante inversión: por un lado los planes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para la modernización de regadíos de Aguas del Almanzora financiados con fondos europeos Next Generation, al estar las tres fases proyectadas de las actuaciones incluidas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia . Por otro, la puesta en marcha de las desaladoras Bajo Almanzora I y II así como la línea eléctrica de  132 KV para suministro de energía a las desaladoras; se espera que Bajo Almanzora pueda volver a ser operativa el próximo año y aportará 15 Hm3/año; la desaladora de Bajo Almanzora II aportará 30 Hm3/año y se está avanzando en los trámites para su construcción a poco más de un kilómetro de la anterior. La ejecución de las obras de modernización  se realiza a través de la Sociedad Mercantil Estatal de Infraestructuras Agrarias y las desaladoras a través de Acuamed.

De las actuaciones se beneficiarán 7.000 regantes de Pulpí, Huércal-Overa, Cuevas del Almanzora, Antas, Vera, Zurgena, Albox, Fines, Lúcar, Somontín y Olula del Río.