Se presenta una Semana Santa muy intensa, además de extensa. Desde unos años acá el número de hermandades ha crecido sustancialmente a la vez que comienza un día antes con el Sábado de Pasión, por lo que hay que tomárselo con calma.
Anoche no nos acostamos tarde, por lo que podemos levantarnos y acudir al centro a hacer esas compras diarias para estos días de fiesta que se avecinan y desayunar unos dulces de propios de estas fechas de Pasión en La Dulce Alianza o unos buenos churros al lado, en el Coimbra, en el Paseo.
Hay que comer pronto y descansar un poco porque la tarde-noche va a ser muy larga, ya que comenzará a las 17 horas con la salida de La Macarena del barrio de La Plaza de Toros y no hay que perdérsela.
Si vamos con tiempo podemos coger buen sitio en la estrecha calle de Nuestra Señora de las Mercedes, bien pegaditos a la pared, porque los pasos pasan muy justos. Desde este punto podremos ver todas las maniobras de salida de los pasos, que son espectaculares y escuchar alguna saeta.
Si llegamos un poco ajustados de tiempo, o no hay sitio, otro lugar recomendable es situarse en la mitad de la Avenida de Vilches con buena perspectiva a la puerta principal de la Plaza de Toros y observar el paso de las imágenes y la perspectiva de todo el cortejo bajando hacia calle de Granada.
Pero lo que no hay que perderse es el paso de la hermandad por la puerta de la Iglesia de San Sebastián, donde le aguarda una representación de la cofradía del Cristo del Amor con su estandarte.
En el momento que llegue la Macarena se abrirán las puertas el templo para que se asome el Cristo del Amor. En ese instante los costaleros de la Virgen iniciarán un giro para que pueda ver a su Hijo crucificado, un momento espectacular y emotivo, en elque se derraman algunas lágrimas.
También hay que estar atentos a la salida del Cristo de Pasión de la Iglesia de Santa Teresa, que suele ser multitudinaria. Hay que coger sitio, uno recomendable puede ser el Bar Lubrín, del amigo Gabriel, donde podemos tomar un café mientras observamos las maniobras de salida de los pasos y el cante de alguna saeta.
Podemos seguir a esta hermandad por la Plaza de la Catedral, por donde luce en todo su esplendor y la bajada por calle El Cubo. Esto podemos hacerlo desde la terraza del Hotel Catedral, mientras que nos tomamos unas cervezas fresquitas.
Enseguida tenemos que irnos a las inmediaciones del Santuario de La Patrona, la Virgen del Mar, para ser testigos de ese momento crucial, en el que los costaleros del Cristo de Pasión giran para enfilar las puertas del templo y casi introducirlo en el mismo para que pueda ver a su Madre del Mar, que lo aguarda apenada en su camarín.
El tercer Cristo que estará esta noche en las calles de la ciudad será el del Gran Poder, que llega al centro, después de atravesar la poco acogedora Avenida de Cabo de Gata y hacer una parada de descanso para los costaleros en la puerta del Gran Hotel Almería, que les ofrece agua fresca y azucarillos.
Un cortejo silencioso y sin música que se dispone a pasar por Carrera Oficial, a las 21.30 horas, entre tinieblas y total oscuridad, ya que se apagan las luces. Un tramo para ver este cortejo en toda su belleza.
Ya de regreso a El Zapillo, en Navarro Rodrigo le cantarán los saeteros.
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