Emoción, reconocimiento y reivindicación en la fiesta de todo el Almanzora

Dicen que tras la tempestad siempre llega la calma. En el caso de lo ocurrido en Tíjola este jueves, no sólo llegó la calma sino que las precipitaciones que impidieron la celebración de los Premios Almanzora meses atrás, se convirtieron en una lluvia incesante de emociones y de felicidad que iluminó la Plaza de España, el bello rincón que albergó la gala organizada por La Voz de Almería, la SER y Los 40.

Fue la noche de toda una comarca. Una particular verbena en la que anualmente se une todo el Almanzora y en la que no faltaron ni los tradicionales banderines colgando sobre los asistentes, embelleciendo la plaza y pendientes de que ese mismo espacio viva aún una de las últimas fiestas veraniegas. 

Representación
Antes, fue el turno para los reconocimientos a personas, asociaciones y empresas que han hecho que esta comarca sea cada vez más próspera en ámbitos y sectores como el turístico, el deportivo, la piedra natural, el artístico o en el de la industria cárnica, entre otros. Y es que todo salió a pedir de boca en la localidad tijoleña.

Con la llegada de los cientos de asistentes se hacía sitio también una de las noches más agradables de las que se recuerdan este verano y que convirtió a Tíjola en el escenario perfecto para una gala presentada por Alfredo Casas y amenizada con la fuerza musical de La Huella.

Autoridades pertenecientes a prácticamente todas las administraciones presentes en la provincia, asistentes de municipios de la comarca y una amplia representación de la sociedad civil llenaron una plaza que, presidida por su Ayuntamiento, no sólo sirvió para homenajear a los premiados de esta edición sino que, una intervención tras otra, también fue el escenario en el que sacar pecho por lo conseguido en esta comarca con el empuje de sus gentes en los últimos años; pero también para lanzar llamamientos más que necesarios para que cuente con los recursos imprescindibles para seguir creciendo, como el agua o las infraestructuras de comunicación, tal y como puso de manifiesto el alcalde, José Juan Martínez.

Fue, en definitiva, una noche por y para el Almanzora. Una noche que olía al embutido de toda la vida, en la que salieron a relucir fascinantes tradiciones como las calles de serrín colorido de la Virgen de Fátima, en la que casi se palpaba el mármol y la piedra natural de la tierra...

Tradiciones y actividades que, junto a otras, dotan de identidad a esta comarca y a los galardonados que transmitieron su emoción a todos los presentes, partícipes de la fiesta de todo un valle y en la que tampoco faltó tras la gala el cóctel, los reencuentros y las experiencias compartidas entre abrazos y sonrisas. Porque eso, también, es hacer comarca.