La ingesta de huevo aporta al cuerpo humano nutrientes básicos para llevar a cabo una vida saludable. Lejos de lo que se cree comúnmente, consumir diariamente este alimento no implica ningún riesgo para la salud ni hace que aumente el colesterol. Todo lo contrario. El huevo contiene proteínas, minerales o nutrientes como la colina, esenciales para el funcionamiento cardiovascular y cerebral. No obstante, sí se debe ser cuidadoso a la hora de adquirir estos productos en cualquier establecimiento. El Colegio Oficial de Veterinarios (COLVET) de Almería recomienda, siempre, prestar atención a las indicaciones del envase, que son las que informan sobre la calidad del alimento, los consejos de conservación y consumo y las medidas de seguridad que se deben seguir.
La etiqueta de los estuches de los huevos debe presentar siempre, en un lugar visible, la fecha de consumo preferente, indicando el día y el mes exactos, además de las pautas de almacenamiento, siempre manteniendo el producto refrigerado tras la compra. El número de huevos estuchados, el nombre o razón social y el domicilio de la empresa que los embale o se haga responsable de este proceso también debe estar indicado. En cuanto a la categoría, debe ir en razón del peso, dividiéndose en supergrandes o XL, de más de 73 gramos; grandes o L, entre 63 y 73 gramos; medianos o M, entre 53 y 63 gramos; o pequeños o S, de un peso menor a 53 gramos. El número del centro de clasificación es un código de nueve cifras que, en el caso de las empresas españolas, comienza por 1114. Se trata del número de autorización oficial que se le otorga a cada centro.
Consejos El veterinario y bromatólogo Ángel Caracuel señala que “un huevo fresco procedente de ponedoras sanas, recogido y manejado en condiciones higiénicas de garantía no nos lleva a pensar en una contaminación en origen”, aunque advierte de que “a la hora de manipularlos se deben tomar algunas precauciones para prevenir toxiinfecciones, como no lavarlos antes de meterlos al frigorífico o cuajarlos bien al cocinarlos, y siempre con la máxima higiene y sin exponerlos durante un tiempo prolongado a temperatura ambiente”. Además, el bromatólogo insiste en que “no es conveniente romper el huevo en el borde de los recipientes donde se va a batir ni separar las claras de las yemas con la propia cáscara”, ya que la salmonella se encuentra en ella y no debe entrar nunca en contacto con el contenido del interior.
Desde el COLVET, y el propio Ángel Caracuel, mandan un mensaje de tranquilidad, y es que, si se siguen de forma sistemática estos consejos, “disminuiremos a niveles aceptables el riesgo de padecer enfermedades transmitidas por los huevos”, afirma el veterinario. Las precauciones y los conocimientos a la hora de manipular alimentos nunca están de más.
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