Siendo el mundo de la peluquería un sector tan amplio, en el cual las modas y tendencias varían continuamente, cobrando especial importancia la necesidad de mantenerse actualizado y tras 18 años de experiencia como peluquera, trabajando en distintos salones de peluquería hasta haber abierto mi propio salón, habiendo atendido a tantos clientes, con diferentes culturas, personalidad y edades, puedo decir que lo más importante y fundamental a la hora de ir a la peluquería, tanto para el profesional como especialmente para el cliente, es realizar un diagnóstico previo a la realización del trabajo y un asesoramiento personalizado.
Para muchas personas su cabello es un aspecto muy importante de sus vidas, el cual marca su carácter y personalidad, por lo tanto ir a la peluquería no es algo intrascendental para ellos, actualmente muchos clientes demandan, no solo la realización de un trabajo de peluquería, sino que requieren la atención y el asesoramiento de un profesional del estilismo, para determinar qué tipo de trabajo se adapta mejor a sus características, cuales son las últimas tendencias o para realizar un cambio de look.
Este aspecto pone de manifiesto la necesidad que tiene el estilista de adaptarse a este nuevo entorno, poniendo el foco sobre el cliente, dando especial relevancia al visagismo (combinación de técnicas que busca exaltar la belleza del rostro a través del maquillaje y el peinado) y ofreciendo un servicio de calidad y personalizado, en el cual se atiende al cliente de forma individualizada, escuchando sus necesidades o gustos, asesorando, para finalmente realizar un trabajo con el cual el cliente se sienta satisfecho y contento.
En todo este proceso, el diagnostico previo, cobra una vital importancia ya que para el cliente permite:
- Conocer el salón, las herramientas de trabajo que emplean así como el ambiente de la peluquería.
- Conocer al profesional que lo va a atender.
- La manera de trabajar que tiene ese profesional.
- Productos que se van a emplear en la realización del trabajo.
- Crear esa pequeña cercanía y confianza mutua entre profesional y cliente.
- Resolver todas las dudas que el cliente tenga acerca del trabajo a realizar.
- Recibir consejos y asesoramiento acerca del tipo de trabajo que mejor se adapta a las características del cliente.
- Conocer las últimas tendencias.
- Conocer la duración del trabajo.
- Recibir un presupuesto previo.
Este diagnóstico previo permitirá al cliente el día del trabajo estar tranquilo, disfrutando el momento, ya que todas las posibles dudas que pudieran surgir habrán sido resueltas con anterioridad.
Asimismo, para el profesional permite:
- Tener tiempo para escuchar al cliente, saber qué es lo que quiere, analizar y determinar distintas opciones.
- Explicar al cliente en que va a consistir el trabajo y cuál va a ser su duración.
- Centrarse el día del trabajo únicamente en la realización del mismo, consiguiendo mejores resultados al saber con anterioridad que es lo que quiere el cliente.
Como conclusión, resaltar la importancia para el cliente de pedir un diagnóstico previo a la hora de ir a la peluquería.
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