Poner fin a la obesidad es una tarea en la que muchos españoles ponen su empeño, aunque no siempre lo consigan. Para dejar a un lado de forma definitiva la obesidad, los expertos coinciden en destacar el papel de la cirugía de la obesidad o cirugía bariátrica, que se utiliza en personas con altos grados de obesidad para conseguir pérdidas de peso importantes cuando fracasan otros métodos no quirúrgicos como fármacos, dietas o ejercicio físico.
El Dr. Ricardo Belda, experto en cirugía de la obesidad en el Hospital Vithas Almería, traslada las motivaciones que habitualmente llevan a sus pacientes a decidirse a someterse a una cirugía.
“Muchos lo hacen por motivos de salud, pero también algunos de ellos lo hacen por motivos exclusivamente estéticos, especialmente en los meses previos al verano. Todo paciente que tenga un índice de masa corporal superior a 35 debe valorar la cirugía de la obesidad porque es un problema muy serio que puede implicar un acortamiento de la vida en el futuro, al margen de las consideraciones estéticas. Por debajo de 35 deben valorarse otras opciones como la atención por un nutricionista o incluso técnicas endoscópicas y no suele ser necesaria la cirugía”, explica el especialista.
¿Qué técnicas quirúrgicas son las más comunes? ¿Son seguras las cirugías de obesidad?
En los últimos años han aumentado las cirugías como la manga gástrica o gastrectomía vertical. También es frecuente el bypass gástrico.
Es importante que el paciente no acuda a consulta con una técnica ya decidida. Esta decisión debe hacerse siempre con el consejo de un experto en este campo, que tenga experiencia en un amplio abanico de soluciones bariátricas y que pueda ofrecerle la cirugía que mejor se adapte a las características propias de cada paciente.
Las técnicas quirúrgicas empleadas son muy seguras, por la gran experiencia que tenemos en la actualidad y por la evolución de los materiales empleados. Actualmente, se usa material de sutura de titanio con aparataje robotizado que permiten un sellado de los tejidos, ofreciendo una seguridad altísima. Hoy por hoy, el riesgo en una cirugía de la obesidad es extremadamente bajo.
¿Cómo sería el proceso desde que el paciente visita por primera vez el hospital?
El paciente que acude al hospital debe ser valorado por un experto en cirugía de la obesidad. Posteriormente, se llevará a cabo un estudio preoperatorio y será valorado por un especialista en anestesia experto en cirugía bariátrica. Previo a la intervención, el paciente debe realizar una dieta baja en calorías durante los días previos a la intervención que persigue la disminución del volumen del hígado y con ella facilitar, desde el punto de vista técnico, la intervención.
¿Qué conseguimos con la cirugía?
Con la cirugía, gracias a su efecto hormonal, logramos equilibrar el metabolismo del paciente, aumentando su saciedad y disminuyendo la secreción de algunas hormonas que median el hambre. Según la técnica utilizada y las necesidades de cada paciente, se puede añadir un componente “malabsortivo”, lo que implica optimizar lo que el paciente asimila. Las dietas pueden ser útiles en pacientes con obesidad leve. Sin embargo, en pacientes con obesidad mórbida, las dietas suelen ser insuficientes para conseguir un objetivo de peso estable a largo plazo. La mayoría de los pacientes con un gran exceso de peso y tratados exclusivamente con dieta, fracasarán a largo plazo.
Una vez el paciente se ha sometido a la cirugía, ¿cómo se realiza su seguimiento?
En función de la técnica utilizada el paciente debe hacer un seguimiento nutricional más o menos estrecho. La mayor parte de pacientes pierden el 90% del peso que les sobra durante el primer año tras la cirugía y les acompañamos en ese camino.
¿Existe algún fármaco capaz de competir con la cirugía?
Actualmente, no. La evidencia científica actual muestra cómo la cirugía de la obesidad es la única opción que tienen estos pacientes. Por supuesto, es muy importante en el seguimiento de los pacientes el papel del nutricionista, y forman parte de nuestro equipo multidisciplinar, del que son pieza clave.
Pero la obesidad mórbida no suele resolverse solo con dieta y ejercicio físico. Esto es una afirmación muy importante porque antes se pensaba que toda la culpa de la obesidad la tenía el propio obeso por carecer de voluntad para hacer ejercicio y seguir una dieta. Y solo con dieta, la mayoría de los pacientes, si bien pierden peso en un primer momento, recuperan su peso previo en los siguientes meses. La explicación biológica es sencilla, cuando reducimos la ingesta calórica, el organismo dispara determinados mecanismos para poder "absorber" incluso más energía que anteriormente.
El paciente obeso que ha perdido peso tiene la misma tendencia a seguir engordando una vez terminada la dieta, y esto es lo que le hace engordar. Aquí es cuando la cirugía entra en juego, y por eso la colaboración entre especialistas se hace fundamental.
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