Hace casi 30 años tres jóvenes fueron asesinadas en el municipio valenciano de Alcásser, Toñi, Desirée y Miriam, en un crimen que impactó a todo el país y que todavía no ha sido resuelto. Miguel Ricart fue el único condenado por el atroz suceso, pero la otra persona con la que lo hizo, Antonio Anglés, no fue nunca localizado.
Pero ahora todo puede cambiar, pues una prueba de ADN podría arrojar luz sobre qué ocurrió aquella noche que supuso la muerte de las tres jóvenes valencianas. Así puede ocurrir después de que una de las acusaciones populares haya presentado un informe ante la jueza instructora en el que se explica cómo fue la fuga de Anglés. Tras cometer el asesinato de las tres niñas el 13 de noviembre de 1992, el autor huyó a Valencia para realizarse un cambio estético. Meses después pasó por Cuenca y Portugal, donde cogió un barco rumbo a Irlanda. Pero en ese trayecto fue descubierto y saltó al agua, donde desapareció para siempre. Una pista reciente de su posible paradero, sobre el que se ha especulado mucho durante los últimos 29 años, le situaba en América Latina.
Sin embargo, hace 15 años, se encontraron restos de un cuerpo no identificado en la isla de Lambay, situada en la costa norte del Condado de Dublín, la capital irlandesa. No ha sido hasta ahora cuando se ha podido reconstruir el cráneo del cadáver digitalmente, y las autoridades irlandesas han pedido ayuda para identificarlo.
Esta petición de ayuda llegó a España, y las autoridades españoles quedaron perplejas al observar su gran parecido con Anglés. Por ello, la Policía española ha pedido que se coteje el ADN de este cráneo con el del asesino para comprobar que, efectivamente, se trata de él y poder cerrar, por fin, el caso Alcàsser. En Irlanda ya trabajan para poder extraer el ADN de los dientes y realizar esta comprobación.
El resultado del proceso no debería demorarse mucho y podría estar resuelto en 15 o 30 días. La Policía española espera con impaciencia los resultados de este trabajo, ya que de confirmarse que el cadáver pertenece a Antonio Anglés, el caso quedaría cerrado 29 años después y se pondría fin a la orden de búsqueda internacional que pesa sobre él. Sin embargo, si esto no sucediera y no fuera él, aún se le seguiría buscando y se le podría llevar a juicio, ya que el caso no prescribirá hasta 2029.
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