A menos de cinco días del sorteo de La lotería de Navidad, algunas administraciones han agotado sus décimos, mientras otras como Lotería Castillo se guardan un as en la manga sabiendo que en la víspera se desata el miedo a ser los únicos en no llevar un décimo repartido en nuestro entorno. Esta envidia preventiva a que El Gordo toque sólo a los demás dinamiza el 12% de las ventas en tan sólo las últimas horas, de acuerdo con datos de la citada administración.
Según Marcos Bernabéu, gerente de Lotería Castillo: “Mucha gente compra a última hora impulsada por la envidia preventiva. Vienen buscando esos décimos ya agotados, que se han llevado sus amigos o han vendido en el bar de su barrio”. Lotería Castillo, epicentro de la suerte, reservará 2.000 décimos para la víspera del 22 hasta dos horas antes del sorteo y mantendrá abierta su administración física hasta las 12 de la noche.
Una apuesta ésta que es el azar de los loteros en la noche del 21. Todos los décimos no devueltos a Loterías y Apuestas del Estado a partir de las 22.30h que finalmente no se vendan, corren a cuenta de la administración de lotería. “No ha pasado nunca en nuestro caso”, comenta Bernabéu, “ya que, aun reservando números para esta venta de última hora, se han agotado”. De hecho, un 17% de los jugadores, según datos de un estudio elaborado por Lotería Castillo entre más de 5.400 compradores de lotería, sufre la noche del 21 pensando que el Gordo tocará en un décimo comprado en su entorno con el que no cuentan.
La mayor pesadilla: un cuñado millonario
De acuerdo con datos de esta misma encuesta, uno de cada dos jugadores moriría de envidia si El Gordo le tocase a su cuñado, por encima de su jefe con un 20%. Pero los celos también se multiplican cuanto más cerca. La mayor pesadilla para el 16 % de los jugadores de lotería sería ser testigo de la fortuna de su mejor amigo. Contra todo pronóstico, los suegros tan solo suman un 11%.
¿Y si El Gordo tocase a alguno de nuestros líderes políticos? La rabia en ese caso es bipartidista. Casi el 80% de los jugadores de lotería se horroriza al pensar que Pedro Sánchez (42%) o Pablo Casado (36%) podrían ser los afortunados premiados. Sin embargo, sólo un 9% y un 12% de los encuestados no soportaría que Inés Arrimadas y Santiago Abascal respectivamente resultasen ganadores.
La Lotería de Navidad desmiente la creencia de que los españoles no somos previsores. El pistoletazo de salida de las ventas de décimos en julio nos coge con ganas de buena fortuna de modo que el verano concentra casi el 20% del total de las compras de los participantes en la encuesta.
Pero hayamos comprado o no lotería, en tan sólo las últimas 12 horas se concentran hasta el 12% de las compras de lotería, un porcentaje en el que coinciden tanto los datos de negocio como las respuestas de los encuestados. El día 21 es así el día del “y si…” en el que no queremos dejar cabo suelto para ser los afortunados, no sólo para que la suerte no nos pase lejos, sino por si queda demasiado cerca.
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